El polémico influencer Andrew Tate fue arrestado hace aproximadamente un mes bajo la sospecha de trata y tráfico de mujeres en Rumania donde se encontraría viviendo.
Tanto su personalidad como sus mensajes están cargados de una enferma misoginia y lo que se ha llegado a conocer como masculinidad tóxica; la cuál no solo denigra a las mujeres pidiendo de ellas sumisión, pero pide de los hombres conductas que bordean incluso la violencia.
Algo que también hace atractiva la imagen de Tate es su dinero. La autorizade rumanas de la recupericion de bienes y agencia de administración (ANABI) alegaron el pasado sábado en una conferencia de prensa haber confiscado cuatro millones de dólares en bienes que le pertenecen a la personalidad de internet.
Es entendible porque su personaje tiene tanta atracción en un particular grupo de jóvenes varones. Este apoyo y fascinación por Tate a llevado a que una docena de adolescente marchase en el centro de Atenas el pasado domingo a forma de solidaridad por su así llamado ‘ídolo’.
Los videos compartidos en las redes sociales muestran a la juventud gritando ‘’Release TopG’’ (el apodo de Tate) mientras pasan por la plaza de Syntagme y la calle de Ermou en el centro de la capital griega.
Según la policía Tate, buscaría ‘atraer’ mujeres a Rumania donde les prometía una relación seria o matrimonio antes de forzarlas o manipularlas a trabajar como modelos en chat rooms de entretenimiento para adultos.
Así mismo, se lo busca por presunta violación según acredita una de las testigos. Son seis mujeres las que han sido identificadas como posibles víctimas. Sin embargo, las semana pasada dos de las mujeres implicadas en la investigación públicamente negaron algún tipo de maltrato por parte de Tate y sus hermanos.
Las mujeres, que tienen tatuajes que dicen «Propiedad de Tate» y «Tate Girl», trabajaban en el complejo en Bucarest, donde Andrew Tate vivía con su hermano y las modelos que trabajaban en su negocio de cámaras web para adultos.