Desde el 21 de octubre al 1 de noviembre tendrá lugar uno de los eventos internacionales más importante sobre la biodiversidad.
En 2024, Colombia será anfitriona de la 16ª Conferencia de las Partes (COP16) sobre Diversidad Biológica, una de las reuniones más importantes a nivel global en materia de medio ambiente. Este evento internacional reúne a los países que han ratificado el Convenio de la Diversidad Biológica, con el fin de avanzar en la implementación de políticas para la conservación y restauración de la biodiversidad mundial.
La COP16 tiene como objetivo principal discutir y avanzar en la implementación del Marco Mundial Kunming-Montreal para la Biodiversidad, un plan internacional que busca detener y revertir la pérdida de biodiversidad para el año 2030. Este marco es crucial para enfrentar la creciente crisis ambiental que afecta ecosistemas y especies en todo el planeta.
El evento se celebrará en Cali, ciudad ubicada en el departamento de Valle del Cauca que destaca por su proximidad a una variedad de ecosistemas de gran importancia. La elección de Cali no es casual, ya que su rica biodiversidad convierte a esta ciudad en el escenario ideal para discutir la protección del medio ambiente y la implementación de políticas que garanticen la preservación de los recursos naturales.
Las preocupaciones latentes
Sin embargo, esta iniciativa que se adjudicó el gobierno colombiano, no está exenta de retos, especialmente en materia de seguridad y alojamiento. Según un informe del medio colombiano La Silla Vacia, aunque la disidencia de la Farc (Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) liderada por «Iván Mordisco» había prometido no interferir en la conferencia, la reciente recuperación de El Plateado, en Cauca, por parte del Ejército ha reavivado la preocupación de posibles amenazas. Desde las redes sociales, disidentes han instado a delegados a no asistir, sugiriendo un ambiente tenso en la región.
El Cauca, bastión de estos grupos armados, no es el único territorio bajo alerta. Municipios del Valle como Jamundí, Pradera, Florida y Tuluá también registran la presencia de disidencias, las cuales han intentado atacar Cali en cinco ocasiones este año mediante explosivos. Ante este panorama, las autoridades han desplegado un operativo de seguridad sin precedentes. En total, 10 mil policías estarán a cargo de la seguridad en la ciudad, con refuerzos de 4 mil agentes adicionales y 1.700 soldados en la zona metropolitana.
El Centro de Eventos, sede principal del encuentro, contará con tres niveles de seguridad, 425 policías en el perímetro exterior y 159 agentes dentro del recinto. La ONU también estará involucrada con 60 de sus propios oficiales, y las caravanas presidenciales estarán custodiadas por casi 500 policías.
Un desafío adicional que enfrenta la organización de la COP16 es la capacidad hotelera de la ciudad. Con una ocupación cercana al 90%, parte de los 20 mil visitantes tendrá que hospedarse en municipios aledaños como Palmira, Cerrito, Yumbo y Buga. La Secretaría de Turismo ha firmado un acuerdo con Airbnb para ampliar la oferta de alojamiento, pero aún persisten preocupaciones sobre la logística y los tiempos de traslado hacia el Centro de Eventos, ubicado a las afueras de Cali.