Este lunes, el exmandatario peruano, fue sentenciado por el Poder Judicial a una condena de 20 años. Aquí te explicamos las razones.

El expresidente de Perú, Alejandro Toledo, ha sido condenado a 20 años y seis meses de prisión por los delitos de colusión y lavado de dinero, tras ser hallado culpable de haber recibido sobornos por 35 millones de dólares de la empresa brasileña Odebrecht. Esta sentencia, producto de una extensa investigación del Equipo Especial Lava Jato, marca un hito en la lucha contra la corrupción en Perú y América Latina.

La sentencia llega tras cinco años de trámites de extradición desde Estados Unidos y un año de juicio oral, en el que se evaluaron mil pruebas y se escucharon a 100 testigos. Toledo, de 78 años, quien fue profesor en la Universidad de Stanford, también ha sido inhabilitado para ejercer cargos públicos durante tres años.

Toledo gobernó entre 2001 y 2006, y fue acusado de haber favorecido a Odebrecht con la concesión de los tramos 2 y 3 de la Carretera Interoceánica Sur, en detrimento del Estado peruano. Según el tribunal, los sobornos fueron pactados en 2004, durante una cumbre presidencial en Brasil, y llevaron al sobreprecio de 470 millones de dólares en la obra.

«Soy un error estadístico», afirmó Alejandro Toledo recientemente, aludiendo a su sorprendente trayectoria desde un pequeño poblado en Áncash hasta las prestigiosas universidades de San Francisco y Stanford. De una familia de 16 hermanos, él fue el único que logró estudiar en el extranjero y alcanzar los más altos niveles académicos y profesionales. Sin embargo, ese ascenso que lo llevó a ser presidente de Perú no lo ha eximido de enfrentar la justicia.

Toledo, quien padece de cáncer de próstata y problemas cardíacos, ha basado su defensa en resaltar su historia de superación y negar cualquier relación con el caso de corrupción Lava Jato. Según el exmandatario, no puede entender cómo el amor por su país lo ha llevado a estar en esta situación, aludiendo a las acusaciones que lo vinculan con sobornos multimillonarios.

El caso de Toledo no es aislado. Otros expresidentes peruanos también enfrentan juicios por corrupción vinculados a Odebrecht. Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y la política Keiko Fujimori están siendo investigados o ya han enfrentado la justicia por casos similares. Incluso Alan García, expresidente fallecido, se vio involucrado en investigaciones antes de su trágica muerte.

Con este veredicto, Perú sigue mostrando avances en la lucha contra la corrupción, a pesar de las presiones y desafíos enfrentados por el sistema judicial.

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