Un reciente mapeo muestra la presencia de comunidades afro en países latinoamericanos y su impacto en la conservación de la naturaleza. 

En América Latina, se estima que más de 153 millones de personas se identifican como afrodescendientes, lo que representa al menos el 20% de la población de la región, según el diario El Espectador. Estas comunidades se encuentran tanto en áreas rurales como urbanas, pero, a pesar de su significativa presencia, muchos países carecen de datos precisos sobre su localización, derechos y las desigualdades que enfrentan.

Un hito importante para visibilizar a estas comunidades fue la reciente presentación del primer atlas que mapea la presencia de poblaciones afrodescendientes en 15 países de América Latina. Este estudio incluye información detallada sobre territorios en Colombia, Belice, Brasil, Chile, Ecuador, México, y otros países. El objetivo es combatir la falta de estadísticas y reconocimiento sobre las realidades que viven estos pueblos.

Jhon Antón Sánchez, investigador ecuatoriano, resalta la importancia de visibilizar a las comunidades afro, subrayando que existe un desconocimiento general sobre sus derechos y las condiciones que enfrentan, especialmente en relación con el cambio climático.

Resultados del estudio

Una de las principales conclusiones del atlas es el impacto que tienen los territorios afrodescendientes en la conservación de la biodiversidad. Según el estudio, los pueblos afrodescendientes han sido históricamente ignorados en cuanto a su rol en la protección ambiental, pero muchos de sus territorios aún preservan altos niveles de biodiversidad y recursos naturales, como el caso del Chocó biogeográfico, que abarca zonas de Panamá, Colombia y Ecuador.

A pesar de su valiosa contribución a la conservación, las comunidades afrodescendientes enfrentan grandes desafíos, ya que muchos de sus territorios se superponen con puntos críticos de biodiversidad que están en riesgo debido al cambio climático y la acción humana. El 75,8% de los territorios afro sufrirán un aumento de temperatura superior a los 7 °C en las próximas décadas, lo que aumenta la vulnerabilidad a desastres como inundaciones y sequías.

Otro desafío crítico es la propiedad de la tierra. De las más de 32 millones de hectáreas ocupadas por comunidades afrodescendientes en América Latina, solo 8,3 millones están formalmente tituladas como propiedad colectiva. En Colombia, país líder en este reconocimiento, más de 5,7 millones de hectáreas han sido adjudicadas a comunidades afro, pero todavía quedan cientos de miles de hectáreas en disputa legal.

El atlas subraya la importancia de resolver estos problemas para que las comunidades afrodescendientes puedan seguir contribuyendo a la conservación del medio ambiente. El acceso a derechos territoriales y servicios básicos como agua potable es fundamental para su futuro, tanto en el ámbito social como ecológico.

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