Desde que los estados unidos abandonó Afganistán y el control del país cayó en manos de los talibanes, han sido las mujeres las que han sufrido las injusticias y privaciones más grandes.
No pasaron más de dos días desde la toma de poder por parte de los talibanes cuando estos cortaron los derechos, que por cierto ya eran reducido de las mujeres en el país, entre ellos el derecho a la educación.
Lógicamente esto fue reprobado por varios sectores de la sociedad, y fue el origen de diversas manifestaciones a lo largo del país. Sin embargo, los resultados de las mismas estuvieron lejos de cumplir con su cometido pues el estado respondió con severas represalias que hasta el día de hoy están convulsionando el país.
La semana pasada se sentenció y ejecutó en la horca al primer detenido de las movilizaciones. El día de ayer, el gobierno actuó una vez más en contra del pueblo, y en especial las mujeres, al prohibir a las niñas de atender a la escuela primaria.
De cumplirse con este estatuto estaría completamente prohibida la educación en todos sus aspectos para el país del medio oriente. Cerradas las universidades y excluidas de la vida labora/profesional Afganistán vuelve a hundir aún más los derechos humanos universales.
Así mismo, se instauraron otras medidas, ahora las mujeres necesitaran un acompañante varón para viajar más de 25 kilómetros o si quisieran entrar en un edificio del gobierno, ver un doctor o tomar un taxi. Las mujeres no están permitidas de frecuentar parques públicos. Todos los trabajos están prohibidos excepto la medicina, y hasta el día de ayer, el ser maestra o profesora.
Las diversas organizaciones internacionales se han proclamada al respecto y diversos movimientos sociales se han visto estallar alrededor del mundo en solidaridad por estas personas. Sin embargo, a falta de una medida activa concreta poco parece haber hecho para revertir la situación.
¿Cuánto tiempo durará esto? Y ¿Qué se puede hacer al respecto? Son dos de las más preguntas más importantes en este momento.