Según el psicoanalista Carl Jung, quien terminaría fundado toda una escuela que sigue estando muy activa hoy en día, los sueños son un intento del subconsciente por tratar de hacer sentido de algo que le aflige. En otras palabras, los sueños nos dicen eso que nuestra mente ‘consciente’ no puede entender pero que es importante que incorporemos a nuestra vida.

En esta línea de pensamiento también las pesadillas cobran una función, sin embargo, la naturaleza violenta o intimidante de estas pueden tener efectos adversos en la salud. Entre algunas de estos efetos se encuentra un incremento en la ansiedad, lo cual puede derivar en insomnio, perjudicando la calidad del sueño evitando que el cuerpo se recupere tras un largo día de trabajo.

 Por este motivo, las pesadillas han sido estudiadas por varios terapeutas. Sorprendentemente, estos han logrado encontrar la forma de reducir la frecuencia de las pesadillas  a través de técnicas no invasivas que manipulan los emociones.

El estudio se llevó acabo por la Universidad de Geneva en Suiza. Se estudiaron 36 pacientes quienes padecían de pesadillas crónicas descubriéndose que dos simples terapias reducían la frecuencia de sus malos sueños.

¿Cómo? Se les invito a los voluntarios a re-escribir sus más frecuentes pesadillas, pero de una manera positiva y luego que toquen un sonido asociado a una experiencia positiva mientras van a dormir.  

“Existe una relación entre los tipos de emociones experimentadas en los sueños y nuestro bienestar emocional”, dice el psiquiatra Lampros Perogamvros de los Hospitales Universitarios de Ginebra quien asistió en el experimento

“Basándonos en esta observación, tuvimos la idea de que podíamos ayudar a las personas manipulando las emociones en sus sueños. En este estudio, mostramos que podemos reducir la cantidad de sueños emocionalmente muy fuertes y muy negativos en pacientes que sufren pesadillas”.

El método de re-escribir la pesadilla y darle un final feliz para ‘corregir’ la pesadilla a base de repetición y hábito resulta útil pero no para todos. En 2010 los científicos descubrieron que reproducir sonidos a los que la gente ha sido entrenada para asociar con ciertos estímulos mientras duermen, ayuda a fortalecer a memoria de ese estimulo.

Aquellos que se sometieron a esta técnica vieron en promedio una reducción del 1.02 en pesadillas semanales e incluso reportó un incremento en la felicidad. Los resultados son particularmente sorprendentes en comparación con el grupo de control (es decir que fueron estudiados, pero a quien no se les aplicó la técnica) quienes vieron tan solo un 0.19 de reducción en las pesadillas semanales.

“Observamos una rápida disminución de las pesadillas, junto con sueños emocionalmente más positivos. Para nosotros, investigadores y médicos, estos hallazgos son muy prometedores tanto para el estudio del procesamiento emocional durante el sueño como para el desarrollo de nuevas terapias”, concluyó Perogamvros.

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