Alrededor de 200 ballenas han muerto encalladas en las costas del oeste de Tasmania la semana pasada.
El puerto es peligrosamente poco profundo lo cual ha causado que los animales se hayan quedado varados en el lugar. No por nada a la entrada del puerto se le conoce como ‘Hell’s Gate’ o puerta del infierno en español.
Esta tragedia coincide con el aniversario de la varada en masa más grande de la historia de Australia con 350 ballenas muertas en Septiembre de 2020.
El Departamento de Recursos Naturales y Ambiente de Tasmania anunció en un comunicado que las ballenas sobrevivientes fueron liberadas en aguas más profundas por un equipo que ha estado trabajando para salvar a estos mamíferos, considerados especies protegida.
De todas las ballenas fueron solo 32 las sobrevivientes al siniestro que aún está siendo investigado para conocer su causa. Muchas de las ballenas quedaron atrapadas en esta aerea remota, incluida la Ocean Beach – el estrecho más largo de Tasmania a 40 kilómetros de las ‘Puertas del Infierno’.
El rescate de las demás ballenas requirió un gran esfuerzo, en el participaron tanto voluntarios como miembros de diversos departamentos de rescate.
Se consiguió sacar a los cetáceos utilizando equipo especial prestado por compañías locales. Los animales fueron mantenidos húmedos con mantas, toallas y baldes de agua, y transportados de regreso al agua usando trineos, botes y otros vehículos.
Hasta la mañana de hoy, viernes, tres ballenas seguían con vida en el Ocean Beach pero la ubicación y las condiciones de la marea están haciendo muy difícil el acceso.
«La asistencia de las empresas acuícolas locales con embarcaciones y un manipulador telescópico para ayudar a levantar ballenas ha sido invaluable en el éxito de hoy, y agradecemos a todos por sus esfuerzos», comentó Brendon Clark el principal gestor de incidentes en Tasmania.
Clark, quien también agradeció a la comunidad de Strahan por observar desde la distancia y no interponerse en el camino. de salvadores. El Consejo de la Costa Oeste le ha recordado al público que es un delito interferir con el cadáver de una ballena.
A razon de este evento se encuentra los efectos que el cambio climático tiene en la disrupción de los ecosistemas del oceano, causando un sin fin de retos para varias especies marinas.
“Los patrones de distribución de muchas especies marinas están cambiando debido a estas condiciones oceanográficas cambiantes”, señala NOAA Fisheries, una agencia del gobierno de EE. UU., en un artículo que examina la amenaza del calentamiento climático en las especies más grandes del océano. “Las ballenas son particularmente vulnerables a los efectos del cambio climático porque estos efectos pueden magnificarse hacia la parte superior de la cadena alimentaria”.
Las temperaturas elevadas pueden estar cambiando las corrientes oceánicas y moviendo a las ballenas de sus tradicionales centros de alimentación; factores que son cruciales para la calidad de vida de estos mamíferos.
“Irán a diferentes áreas y buscarán diferentes fuentes de alimentos”, comenta Olaf Mernecke, un científico marino de la universidad de Griffith. “Cuando hacen esto, no están en las mejores condiciones físicas porque pueden estar muriendo de hambre, por lo que esto puede llevarlos a tomar más riesgos y tal vez a acercarse a la orilla”.
El lazo social de estos animales es tan fuerte que no es extraño ver como algunos ejemplares regresan a la orilla respondiendo al llamado de auxilio de sus compañeros en la playa. Esto definitivamente representa un reto más para el rescate.