El supertifón Noru ha ya cobrado la vida de seis personas en Filipinas. El primer contacto con el archipiélago tuvo lugar el dia de ayer, domingo 25, en el noreste del país con vientos de hasta 185 kilómetros por hora.
Los fallecidos son en su mayor parte rescatistas, quienes intentaban evacuar a los habitantes de la población de San Miguel de Bulacán en la isla de Luzón.
El poblado habría sido victima del desborde del rio, lo cuál obligó a que muchas personas tengan que ser socorridas, si bien la mayoría de estas personas se encuentran ya a salvo en refugios improvisados por las autoridades locales. La destrucción material es evidente.
El tifón cruzo las filipinas de este a oeste entre la tarde del domingo y la madrugada de este lunes. Aunque en términos relativos no ha sido la peor catastrofe de este tipo en las filipinas, ni el tifón más fuerte, las lluvias torrenciales que ha dejado representan un gran peligro por las inundaciones que le siguen.
A pesar de ello, el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos, indicó durante una rueda de prensa que ‘no se esperan grandes destrozos y pérdidas ‘esto gracias a los trabajos de evacuación y preparación anterior a la llegada del tifón.
El domingo, 14.000 familias fueron evacuadas de diferentes provincias como Aurora, Nueva Écija, Bulacán además de varias ciudades del norte como Manila.
El presidente viajo en helicóptero para conocer el estado real de destrucción del Tifón y comentó luego que »en general, el daño a la infraestructura pública y privada es manejable».
Noru es el undécimo ciclón que golpea al archipiélago este año. Al año, por lo general, son 20 tifones los que azotan al país lo cual demuestra lo propenso que es a los desastres naturales y en especial a los efectos del cambio climático.