A muchos les sorprenderá saber que lo que comúnmente se conoce como salsa, sí el genero música, en realidad tuvo sus orígenes en Nueva York y no en el caribe. ¡¿Qué?! Pero no te confundas, el género no lo hicieron norteamericanos, al menos no en un sentido estricto, sino los miles de inmigrantes de América Latina que encontraron un hogar en la ciudad de la gran manzana. Si bien estas personas provenían de distintas partes del continente, hay un grupo que fue particularmente importante. Un país que al día de hoy sigue pareciendo una pieza equivoca en el mapa de política interior de Estados Unidos. Hablamos claramente, de Puerto Rico.

Puerto Rico es tan latinoamericano como cualquier otro país de la región y hasta cuenta con su propia constitución. Sin embargo, la isla es un territorio que le pertenece a Estados Unidos hace más de 120 años. Pero ¿por qué?

A finales del siglo XlX el imperio español había perdido su absoluta predominancia sobre las Américas, las únicas islas que le quedaban bajo su control eran Cuba y Puerto Rico. En este mismo periodo, Estados Unidos ascendía de manera firme y se perfilaba ya como potencia mundial. Las islas, por el otro lado, se encontraban con serias revueltas internas, algunas causadas por la búsqueda de independencia del imperio español. Los conflictos escalaron al punto en que Estados Unidos vio lo que ocurría – especialmente en Cuba – como una amenaza directa a sus intereses en la región.

En 1898 el misterioso hundimiento de un acorazado de guerra estadounidense en las vicisitudes de La Habana hizo que Estados Unidos le declarase la guerra a España. Estados Unidos, por tanto, se estaría inclinando en apoyo a la independencia de Cuba de España y tal meta llevaría al país norteamericano a invadir también Puerto Rico.

En este país la gente recibió bien a las tropas norteamericanas, pues estar a merced de España significaba para muchos el atraso en su sentido más amplio mientras que Estados Unidos significaba innovación, prosperidad, modernidad y democracia. Fue así que después de solo unos meses de guerra España garantizó la independencia de Cuba, vendió el archipiélago de las filipinas a Estados Unidos por 20 millones de dólares y le cedió también Puerto Rico.

El país boricua no era del todo la prioridad de Estados Unidos, pero era estratégicamente crucial por una importante razón: el Canal de Panamá. Este les daría a los norteamericanos un enclave estratégico para fines militares. Fue así que por varios años la isla tuvo gobiernos militares nombrados directamente por el país norteamericano.  

A pesar de los movimientos independentistas, que fueron violentamente aplacados por la CIA y la policía local controlada por Washington, no pudieron librarse de las garras del país del norte. En 1940, se aprobó la Ley de Nacionalidad, que otorgaría ciudadanía estadounidense a todos los nacidos en la isla, aunque una ley previa se las habría ya concedido a la gran mayoría de ellos.

En 1952 se autorizó a los isleños redactor su propia constitución, aunque con poderes limitados, y permitió que tuviesen un gobierno local. Este lleva el nombre de Estado Libre Asociado y es el mismo que está vigente hoy en día. Desde aquí pueden elegir a su gobernador, a un poder legislativo, establecer un sistema judicial y resolver algunos asuntos internos. Sin embargo, el control de sus fronteras, sus relaciones internacionales y su defensa está bajo control absoluto de Washington. Así mismo, si residen en la isla no pueden votar en las elecciones presidenciales y su representante ante el congreso de Estados Unidos tampoco tiene voto.

Esto, sumado al deterioro fiscal y la poca atención que recibió el país por parte de Estados Unidos en 2017 cuando el Huracán María destrozó la isla, a restablecido los debates con respecto a su estatus legal e independencia. Ha habido varios referéndums locales para consultar que prefiere Puerto Rico, pero ninguna ha sido vinculando con el gobierno federal por lo que sus resultados no han sido respetados.

El último, llevado a cabo en 2020, mostró una victoria a favor de que Puerto Rico se convierta en un estado más de Estados Unidos, aunque la votación fue cuestionada por la baja participación electoral.

Esto deja a Puerto Rico con solo dos opciones: la libre asociación, que es diferente de su actual estatus siendo que de esta forma la isla seria un país soberano con un   acuerdo especial con Estados Unidos (que ambos permitan) o la independencia definitiva.

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