El soporte mayor del crack

A los 39 años, Franck Ribéry sigue jugando en una de las mejores ligas del mundo, la Serie A. El internacional francés es un ejemplo de longevidad y eso solo se consigue con profesionalismo fuera del campo, algo que para él es muy importante.

Además de su personalidad seria y dedicada al trabajo, el actual jugador de la Salernitana tiene el soporte de la persona que lo acompaña en todos los momentos de su vida. Hablamos de su esposa, Wahiba, una mujer que ha conocido en 2001 para nunca más dejarla.

Se trata de una francesa, igual que su marido, pero de origen argelina. Este facto es muy importante para describir la personalidad de la compañera del futbolista, ya que ella demuestra frecuentemente un enorme orgullo en sus raíces del país africano.

En su Instagram se pueden ver varias publicaciones relacionadas con Argelia y hasta Franck ya ha hecho donaciones públicas para allá en momentos de dificultad. Los dos son una pareja tranquila, ya que nunca se los ha visto en ningún escándalo como a la mayoría de las figuras del fútbol.

Una familia numerosa

Se casaron en 2004 y construyeron una familia numerosa con sus 5 hijos que tanto adoran. En el año siguiente a la boda dieron la bienvenida a la primera niña, Hizya, hasta que 3 años más tarde llegó Shahinez. En 2010 fue la vez de Seif y sus dos hermanos menores solo hanvenido al mundo bastante más tarde, Mohammed en 2015 y Keltoum en 2019.

Actualmente viviendo en la preciosa ciudad de Salerno, cerca de Nápoles, la familia disfruta de una calidad de vida diferente en un momento más avanzado de la carrera del futbolista.

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