Ho Van Lang vio morir a su madre y sus dos hermanos luego de que una bomba explotara en su casa en la guerra de Vietnam, por lo que decidió irse junto a sus dos hijos adentrándose a la jungla en el distrito de Tay Tra de la provincia de Quang Ngai, donde han construido su vida.
Sobrevivían comiendo frutas, miel y animales. Se construyeron una vivienda y aprendieron a defenderse del hábitat salvaje de la naturaleza. «Siempre escapaban cuando veían gente desde la distancia», dijo Álvaro Cerezo, un fotógrafo que siguió los pasos de la familia en el 2015.
Ese mismo año Lang hijo y su hermano Tri se mudaron a un pequeño pueblo en el que están aprendiendo a vivir en un nuevo entorno. Lang, con 46 años, confiesa no haber visto nunca una mujer: «mi padre nunca me lo explicó». El fotógrafo agregó: «Puedo confirmar que Lang nunca ha tenido el mínimo deseo sexual y su instinto reproductivo nunca ha mostrado su cabeza en ninguna de sus muchas facetas».
Muchas personas cercanas a él han explicado que no le ven diferenciar entre bien el mal. Sin embargo, su adaptación parece ir por buen camino. Se nota cómodo, feliz y disfrutando de los pequeños descubrimientos que le ofrece el nuevo mundo al que empieza a enfrentarse.