Luego de los atentados terroristas de 11 de septiembre de 2001, George Bush, el 7 de octubre de ese mismo año ponía su gobierno en pie de guerra contra los talibanes, a quienes los responsabilizó de cuidar de Osama Bin Laden. Esto trajo como consecuencia que Estados Unidos desplegara sus tropas sobre Afganistán con la misión de acabar con los grupos terroristas.
Sin embargo, desde aquel momento poco a cambió la situación. Luego de 2.000 soldados muertos, el presidente Barack Obama indicó que en el 2011 retiraría las tropas, luego Donald Trump se comprometió con hacer la retirada el 1 de mayo de 2021, pero finalmente Joe Biden, el actual presidente, acordó hacerlo antes del 11 de septiembre de este mismo año.
Los talibanes dicen sentirse sorprendidos del ritmo en el que sus tropas abarcan Afganistán, mientras Estados Unidos se retira. Aseguran que no han hecho otras acciones que han tenido a su alcance para no encender el conflicto con el país norteamericano. Se cree que los talibanes controlan al menos 142 distritos del país y están dispuestos a hacerse con 170 más.
«El Talibán casi ha duplicado el número de distritos que controla, ha capturado áreas clave y bases militares, y ha desmoralizado a segmentos de las fuerzas de seguridad afganas y del gobierno», dijo Bill Roggio, editor del Diario de la Guerra Larga de la Fundación para la Defensa de las Democracias. El acuerdo Doha firmado entre Afganistán y Estados Unidos, no prohíbe a los Talibanes hacerse con los territorios de Afganistán, pero si les impide atacar a las fuerzas estadounidenses.