El ex guardia nazi, Friedrich Karl Berger llegó al estado de Tennessee en 1959, donde vivió durante décadas sin ser reconocido. Cuando se encontraron documentos de la época nazi en un barco hundido en el mar Báltico, los investigadores dieron con él. Fue extraditado a Frankfurt y ha sido entregado a la Oficina Regional de Investigación Criminal para que lo interrogue la Fiscalía en la ciudad de Celle
Está acusado de complicidad en asesinato por haber trabajado en el campo de concentración de Neuengamme, junto a la frontera con Holanda. Los presos hicieron trabajos forzados, en condiciones horribles durante el invierno de 1945. En su defensa Berger dijo que no sabía de las torturas a los presos o de víctimas mortales.
En septiembre de 2020 la Fiscalía de Celle inició investigaciones sobre Berger y se suspendieron en diciembre «por falta de pruebas». Las averiguaciones, no demuestran que Berger tenga que ver con los asesinatos, por lo que seria difícil que fuera a juicio. El proceso podría ser retomado en el caso de que Berger se auto inculpara, o salieran pruebas a la luz.
El fiscal general interino Monty Wilkinson dijo que la extradición de Berger muestra el «compromiso de Estados Unidos de garantizar que el país no sea un refugio seguro para quienes han participado en los crímenes nazis contra la humanidad y abusos contra los derechos humanos».
Sin embargo Berger ha añadido que después de 75 años no tiene sentido que le obliguen a irse de su casa.