Según un comunicado emitido por el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, «Estados Unidos aceptaría una invitación del Alto Representante de la Unión Europea para asistir a una reunión del P5+1 e Irán para negociar sobre el programa nuclear. Este acuerdo se llamaba Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) y fue aprobado en 2015.
El acuerdo original, establecía que Irán retiraría el 97% de su combustible nuclear, limitaría su capacidad de producción y se sometería a la inspección periódica de agentes internacionales. A cambio, las potencias extranjeras levantarían el régimen de sanciones contra la economía del país islámico.
Donald Trump, nada más llegar a la Casa Blanca, denunció que Teherán lo incumplía y recuperó las sanciones económicas.
Durante la campaña, Biden aseguró que su Administración retiraría las sanciones si Irán cumplía con el acuerdo como hizo hasta 2019. Pero Teherán considera que EE.UU tampoco respetó las cláusulas y que deberá levantar las sanciones para que ellos también cumplan.
El Departamento de Estado de EEUU ha mandado un comunicado junto a los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Francia y Reino Unido en el que manifiestan «defender el régimen de no proliferación nuclear». Además afirman que existe una nueva oportunidad para recuperar al tratado y poder llegar a un acuerdo que mantenga los objetivos de ambas partes.
Los cuatro países, advierten a Teherán de que vuelva a cumplir con sus compromisos a favor del acuerdo. Por su parte, Irán quiere reducir las inspecciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) a partir del 23 de febrero, por ser «de naturaleza peligrosa».
Los republicanos en EE.UU por su parte, califican el tratado como desastroso, por no mantener la seguridad de los estadounidense frente a un país conflictivo como Irán.