
Lo que parecía una imagen feliz desembocó en una terrible historia. Duncan y Tayla Craw llevaron a su hijo Levi de dos años a disfrutar de la playa en Limestone, una costa de Australia.
El pequeño jugaba en la arena con su pala amarilla, mientras que su padre, Duncan, decidió lanzarse al mar a bucear. Tayla aprovechando aquel momento memorable, capturó la escena en una fotografía. Minutos después encontraron el cuerpo de Duncan devorado por un tiburón blanco.

Según DailyStar.co.uk, se cree que pudo haber muerto mientras nadaba y posteriormente el tiburón le atacó. Su cuerpo fue encontrado por un equipo de rescate marítimo. Tenía el neopreno y aletas rotas.
La familia asegura que aunque puede que nunca sepan las circunstancias reales de la muerte, prefieren pensar que Duncan falleció en paz en el mar por algún problema médico.
«Levi ahora sabe que su papá está en el cielo, y la familia y los amigos de Duncan están decididos a asegurarse de que recuerde cuánto amaba Duncan a su hombrecito», dijo en un comunicado la familia.
La víctima trabajaba como gerente de operaciones de la cosecha de cultivos en las cercanías del río Murray.