Si bien se intenta regular la pirateria en España, los esfuerzos parecen en vano, y los libros están entre lo más pirateado del país.
A pesar de los esfuerzos contra la piratería, el consumo ilícito de contenidos sigue en aumento en España, con especial énfasis en emisiones de televisión y libros digitales. Según el informe de 2023 del Observatorio de la Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales, el valor de los contenidos pirateados en el país alcanzó los 33.957 millones de euros, un incremento del 5 % respecto al año anterior. Esto ha provocado pérdidas para la industria cultural estimadas en 1.992 millones de euros.
El sector de los libros digitales destaca como el más afectado, con un 37 % de usuarios recurriendo a descargas ilegales, seguido de la música (30 %) y periódicos (26 %). Las películas, series y videojuegos también figuran entre los contenidos más pirateados, lo cual afecta notablemente las arcas públicas y el mercado laboral, que perdió más de 100.000 empleos directos e indirectos debido a la piratería.
Entre las razones de los usuarios para optar por contenido ilegal, el 61 % menciona evitar pagos por productos que podrían no satisfacerles. Además, un 52 % considera que el acceso es rápido y sencillo, mientras que un 38 % justifica su práctica afirmando que “es algo común”. Otros mencionan la falta de distinción entre plataformas legales e ilegales, un desafío que sigue afectando tanto a creadores como a consumidores.
La publicidad y los métodos de búsqueda a través de Google, que concentra el 92 % de las búsquedas de contenido ilegal, contribuyen al acceso a estos portales. Redes como Facebook, YouTube y WhatsApp son las plataformas preferidas para acceder a contenidos piratas, mientras que Telegram y WhatsApp ganan popularidad para compartir archivos.
Pese a esta tendencia, el 70 % de los usuarios reconoce la importancia de la industria cultural, lo que evidencia una contradicción entre la práctica y la percepción de valor de los contenidos. La Academia del Cine y otras instituciones trabajan en iniciativas y protocolos que esperan frenar el impacto de la piratería, un fenómeno que sigue siendo un desafío en la era digital.