La pseudociencia es defendida por la actriz Elle quién rechazó las recomendaciones de médicos especializados para tratar su cáncer.

La supermodelo y actriz Leonor Nancy Gow, mejor conocida por su nombre artístico Elle Macpherson, cumplió 60 años en febrero y recientemente ha publicado su nuevo libro titulado Elle. Sus memorias han dado mucho de qué hablar en el sector de la medicina científica, ya que en el libro, en el cual se expresa «a corazón abierto» y «revela experiencias de la vida real», la modelo australiana confiesa cómo llegó a rechazar los tratamientos médicos tradicionales para su cáncer de mama.

Elle, considerada en los años 90 como la modelo más rica del mundo, fue diagnosticada con cáncer de mama hace siete años. En su obra, explica que acudió a 32 especialistas, quienes le recomendaron los tratamientos más comunes pero necesarios para su caso, como la mastectomía con radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal y reconstrucción de la mama. Sin embargo, ella se negó a seguir estos tratamientos y optó por un «enfoque intuitivo, holístico y guiado por el corazón», relata la modelo en su libro.

Sin dudarlo, la modelo siguió las recomendaciones de «un médico naturópata, un dentista holístico, un osteópata, un quiropráctico y dos terapeutas» y se retiró por ocho meses a una casa en Arizona, ignorando la opinión de su pareja y uno de sus hijos. Según ella, actualmente su cáncer «está en remisión» y se siente bien, lo que ha generado una gran polémica.

Según un artículo de Xataka, los consejos de celebridades sobre salud pueden ser peligrosos, especialmente en temas serios como el cáncer, que ha sido parte de la vida desde tiempos antiguos, como lo demuestra un osteosarcoma de 1.7 millones de años en un homínido. Aunque las tasas de supervivencia han mejorado significativamente con la medicina moderna, promoviendo la pseudociencia se pone en riesgo la salud pública.

El avance en los tratamientos ha sido notable; según la Agencia Europea del Medicamento, la supervivencia para muchos tipos de cáncer supera el 90%, y la mortalidad ha bajado un 14% en la última década. Estos tratamientos son la mejor opción disponible, y aunque los pacientes tienen derecho a decidir sobre su salud, hacer apología de métodos no probados es irresponsable.

Casos como el de Macpherson no son nuevos. Hay una larga tradición de sobrevivientes que utilizan su experiencia para cuestionar la oncología moderna, como Michael Gearin-Tosh o Pau Donés. Las celebridades, con su influencia, pueden tener un impacto considerable en la percepción pública de la salud, lo cual puede llevar a decisiones erróneas sobre tratamientos médicos.

Es crucial evitar caer en el negacionismo. No deberían existir los debates provenientes de personas sin estudios en el tema que ponga en tela de juicio a los tratamientos contra el cáncer; lo que se requiere son enfoques basados en la ciencia y la innovación, no en ideologías sin fundamento.

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