La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha informado que se prevé la ocurrencia del fenómeno El Niño durante el segundo semestre de este año basándose en el aumento de la temperatura sub superficial de las aguas del Pacífico tropical, aunque aún no puede determinar qué intensidad alcanzará.

Aunque no es posible asegurar que esta situación vaya a desembocar en un episodio de este fenómeno, cuanto más perdure el debilitamiento de los vientos alisios y más tiempo se mantengan cálidas las temperaturas subsuperficiales por encima de la media, más alta es la probabilidad de que se produzca un episodio.

El Niño se caracteriza por temperaturas inusualmente cálidas de la superficie del océano en la parte central y oriental del Pacífico tropical y repercute de forma importante sobre el clima de muchas partes del mundo y eleva las temperaturas de todo el planeta. Su fenómeno opuesto es La Niña, que está asociado al enfriamiento.

Durante los episodios de El Niño, el desplazamiento de la actividad tormentosa hacia el este, de Indonesia a la parte central del Pacífico, puede generar condiciones inusualmente secas en el norte de Australia, Indonesia y Filipinas. Asimismo a menudo se observan condiciones más secas de lo normal en el sureste de África y el norte de Brasil durante el invierno del hemisferio norte.

Su impacto varía y puede contribuir a las sequías o, al contrario, a lluvias fuertes e inundaciones. Según la OMM, solo en dos de los últimos quince años ocurrió este fenómeno, a pesar de que todos fueron más cálidos que el promedio.