Vivimos en un mundo en el que estamos bajo un constante sentimiento de angustia. La probabilidad de peligro a superado el momento fijo y se ha convertido en una constante; en cualquier momento pueden atacar, en cualquier momento la bolsa de valores puede caer, en cualquier momento te eliminan el perfil de Instagram etc.
Estos micro amenazas tienen un efecto verdaderamente negativo en el cerebro humano. Este está diseñado, en efecto, para lanzar una señal de peligro – traducida como ansiedad o preocupación – que nos permita sobrellevar lo que está por venir. Es por esto que la señal no se apaga hasta que el peligro haya pasado completamente, pero como ya vimos; ¿Qué si el peligro nunca parece desaparecer por completo? Es justamente esto lo que nos ha hecho hypersenstive.
Las soluciones psiquiátricas convencionales recaen en el uso de fármacos y otras sustancias artificiales para combatir el efecto de la misma sociedad que produce dichos fármacos. Esta solución simplemente inhibe o sobre estimula la química de nuestro cerebro para que este puede soportar el peso del mundo en el que vive. Sin embargo, además de poder producir serios problemas de dependencia y daños secundarios a la salud, los fármacos en realidad no resuelven nada solo lo postergan o lo cubren. Como pintar un hoyo en la pared en vez de llenarlo.
¿Entonces cómo podemos evitar esto, sin recurrir a los farmacéuticos?. Hemos de recurrir a la biología que nos compone y nos hace. Entender lo que está detrás de la motivación, aprender de nosotros mismos, usar nuestra creatividad y alcanzar el Flow. El equilibrio de esto nos puede ayudar a luchar contra la angustia, estrés y depresión que se está esparciendo por el mundo una velocidad inigualable.
De todos estos, el Flow es quizás el más este se define como el estado óptimo de conciencia donde nos sentimos de lo mejor y actuamos en la mejor manera posible. Entonces, para llegar este las investigaciones nos dicen que hay tres herramientas a las que podemos recurrir:
1. Agradecimiento
En una hoja de papel, el celular o el computador escribe diez cosas por las que estas agradecido, y repítelo tres veces, todos los días. Al escribir o concentrarse en las cosas por las que estas agradecido le estas diciendo a tu cerebro que hay cosas que ya pasaron y que fueron buenas. Esto cambia la visión para ver menos negatividad, acumulando evidencia empírica de que no todo es tan oscuro. Al mismo tiempo permite igual que mejores cosas llegan, al tener tu mente más abierta a las posibilidades y oportunidades, sin miedos ni dudas. Sirve, por tanto como un ‘gatillo del flow’
2. Mindfulness
Meditar es una solución que encontraras en miles de lugares. Para sorpresa de muchos, sol once minutos al día de práctica, respiración y/o meditación es suficiente para calmar tu sistema nervioso y ser menos emocionalmente reactivo. Dándonos ese tiempo, nuestro cuerpo naturalmente irá desarrollando las capacidades necesarias para enfrentar el espeso humo gris de la sociedad moderna
3. Ejercitarse
Nos sirven solo de 20 a 40 minutos al día de entrenamiento físico para sentir los beneficios mentales que este trae consigo. ‘Ejercitar a hasta que la voz en tu cabeza se calle por completo y tus pulmones se abran’ y ¿por qué? Pues cuando los pulmones se abren se segrega óxido de nitrógeno, que es una molécula de señalización, y lo que hace es desechar hormonas de estrés de nuestro sistema. Resetea el sistema nervioso de regreso a cero.
Estos instrumentos forman parte del cognitive literacy; entender que está pasando en nuestro cuerpo cuando estamos actuando a nuestro mejor. Esto está resultando difícil porque todos somos hiper-ansioso.
Sabemos que 20 minutos de caminata vencen a la mayoría de los antidepresivos. Si caminas por un lugar por donde no has estado antes además de la serotonina (que es el químico de la tranquilidad) se disparará también la dopamina de la novedad, complejidad e impredecibilidad. No solo obtienes químicos que te hacen sentir bien pero también que te relajan.
El Flow es la combinación de todos estos químicos y conexiones neuronales. Si estamos constantemente tratando de alcanzarlo, de encontrar ese balance, y una vez que lo vivas te darás cuenta que es nuestra experiencia favorita. No solo eso, sino que es la más adictiva experiencia en la tierra porque hace un cocktail de las más grandes drogas del placer naturalmente producidas por el cerebro al mismo tiempo: dopamina, norepinefrina, anandamida, endorfinas, y serotonina.