Desde que el presidente colombiana Gustavo Preto resucito las relaciones diplomáticas con Venezuela, gran atención se le ha dado al futuro que les depara a ambas naciones. En particular, la manera en cómo dicha aproximación podría ayudar o cambiar el escenario que Venezuela vive actualmente.

Fueron millones los colombianos y venezolanos afectados con la ruptura de relaciones; décadas de intercambio comercial se vio obligado a surcar por el raudal de la ilegalidad.

«Acá se dividió a un pueblo y se volvió un pecado pensar que Venezuela estaba al lado nuestro. La afectación ha sido inmensa» comenta fervorosamente Carlos Luna, un líder empresarial en Cúcuta.

Ahora con la llegada del presidente Petro, se normalizaron las relaciones; se envió ya un canciller a reuniones con altos funcionarios venezolanos y se anunció también a un embajador. Otro gran hito fue la devolución del control de la empresa venezolana de fertilizantes Monómeros a Nicolas Madura, a quien el expresidente de Colombia Iván Duque le habría transferido al líder de la oposición Juan Guiadó.

El sector económico es de los más beneficiados compuesto por pequeños y medianos comerciantes, grandes productores e importadores al igual que exportadores de toda índole.

CÓMO COLOMBIA PUEDE APORTAR

La nueva relación apunta a que el valor del intercambio comercial ascienda a los US$10.000 millones de dólares, según afirma el embajador colombiano Armando Benedetti. En 2006, el intercambio llegaba a aproximadamente US$2.000 millones, en 2008 a US$5.000 millones, solo para caer a unos US$300 millones que es donde se encuentra el valor hoy.

La economía venezolana se a reducido en un 80% en la ultima década, sin embargo, en el ultimo par de años, gracias a la dolarización y la flexibilización de controles estatales se ha empezado a divisar un pequeño repunte de consumo, producción e importaciones.

«Va a ser una relación distinta a la de antes», dice Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, la principal asociación empresarial de Venezuela. «Porque la economía venezolana se redujo, el consumidor cambió, nuestra capacidad importadora es menor y ya no podemos exportar lo que antes nos distinguía, como acero, aluminio o petroquímicos».

Entonces, ¿Qué puede ofrecer hoy Colombia a Venezuela en el plano económico? La idea es impulsar ese repunte y esto se puede alcanzar en el mediano plazo en tres ámbitos en particular.

1. CON EL COMERCIO

Cambistas, vendedores y compradores de alimentos y productos de limpieza, proveedores de materiales de construcción y muchos otros pequeños negocios están entre los afectados por el cierre; todos ellos comerciantes.

El nuevo contexto político permitirá a que estos puedan reanudar sus actividades, pero el cambio no solo ocurriría en relación a las actividades de frontera. Venezuela muestra un auge de productos que se empezaron a producir durante la crisis como para de una economía de subsistencia, y que gracias a ello se encuentran ya en posición de desarrollar cierta capacidad de exportación.

Según Fernández, de Fedecámaras, son varios los laboratorios venezolanos – tras la partida de internacionales – que ahora pueden producir medicinas. Así mismo hay industria para los alimentos procesados que podrían ingresar al mercado colombiana para satisfacer la nostalgia de mas de 2 millones de venezolanos que ahora radican ahí.

Lo más probable, sin embargo, es que sea Colombia quien se inserte en el país vecino con productos más baratos que los que podría ofrecer, por ejemplo, China.

«Muchas franquicias colombianas van a tener la oportunidad de entrar en Venezuela, un país que tiene muchos nichos disponibles», dice Carlos Eduardo Durán, presidente de la Cámara Venezolana de Franquicias.

2. INFRAESTRUCTURA

Venezuela es víctima hoy por hoy de diversas sanciones de parte de los Estados Unidos y otros países. Estas afectaron la capacidad de intercambio comercial del país con el mundo entero. Gracias a la renovación de relaciones Venezuela podría usar la infraestructura portuaria colombiana para evadir las sanciones e importar productos a mejor precio y de manera más regular.

«Eso te permite reducir los costos y los tiempos para traer importaciones a Venezuela. Y eso genera una oportunidad para los sectores del transporte para ambos países», explica León.

Colombia goza de muy buenas relaciones con el mundo capitalista global por lo que este seria una muy buena oportunidad para el país vecino. Así mismo, explica Juan Nicolás Garzón, experto en relaciones internacionales de la Universidad de La Sabana, en Bogotá, «En transporte puede haber un gran auge tras la reapertura, no solo de bienes, sino también de personas a través de las aerolíneas».

Otra área de gran importancia es la del gas y la electricidad. Existe ya una infraestructura que une a ambos países y que antiguamente se usaba para importar gas de Venezuela a Colombia. Si bien el presidente Preto planteo la idea de importar nuevamente gas de Venezuela, una parte importante de la comunidad empresarial lo disuadió de hacerlo pues fue mucho el esfuerzo para conseguir el abastecimiento de gas que hoy se usa en Colombia. Sin embargo, Colombia podría en efecto usar esta infraestructura para ser el exportador de la materia prima y/o electricidad.  

‘’Solo habría que reinstalar las cosas dañadas y ahí se abre una oportunidad», dice Fernández. Esta infraestructura cuenta con un gasoducto y una red eléctrica.

3. DIVERSIFICACIÓN

«Diversificar la economía venezolana siempre fue como un mito y ahora estamos viendo que hay chance de vender algo que no sea petróleo», dice Luigi Pisella, presidente de Conindustria, en Venezuela.

El país caribeño siempre fue conocido por su monoexportación y extrema dependencia del petróleo como fuente de ingresos principal. Ahora se le presenta la oportunidad de – finalmente – diversificar su mercado.

Venezuela al día de hoy ha desarrollado capacidad de exportación, en mas o menos grandes cantidades, de rones cacao, camarones, cangrejos y frijoles. Algo que según Pisella, son productos que nunca pensaron podían vender.

RIESGOS Y OTRAS CONSIDERACIONES

Existen dudas al respecto de la seguridad jurídica de las insercionales o rehabilitación a la infraestructura venezolana. El proceso no es solo largo y complejo, pero también costoso y se duda si el sector privado de Colombia tenga la iniciativa de abordar dichos proyectos, especialmente cuan no se garantiza la estabilidad jurídica.

De igual manera, Venezuela le debe cerca de US$300 millones a empresarios colombianos cuyas operaciones en ese país se vieron expropiadas, demandadas o interrumpidas por alguna otra razón.

La recuperación venezolana también es limitada, con tan solo un 31% de su capacidad productiva activa. Así mismo, si la inflación, devaluación y el pago de deuda es de por si ya alto en Colombia, Venezuela esta mucho peor.

«En este momento estimamos que la relación está en un 90-10», dice Pisella, de Conindustria. Por 200 productos que exporta Colombia, Venezuela exporta apenas 20. «Pero si pasamos a 80-20, es un éxito».

A pesar de todo esto, Venezuela no tiene otra salida que prestar se al estimulo. De todas maneras, existe un problema de producción interna que obliga al país a pagar por productos importados a precios demasiado altos.

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