Todo comenzó con el descubrimiento de los restos de más de 500 cadáveres durante la construcción de la estación de La Segrera en Barcelona hace unos años. Eran soldados que murieron en el asedio de Barcelona en 1652, durante la Guerra dels Segadors. Hombres que lucharon a favor del rey español Felipe IV y en contra de él, junto al rey francés Luis XIII.
Los muertos eran enterrados con sus botas y otros objetos, como si la prioridad fuera deshacerse de ellos y de sus pertenencias rápidamente. Esta peculiaridad, según ha reconstruido El País, intrigó a algunos investigadores que se pusieron a estudiar el caso.
Mediante una prueba de ADN, el genetista Carles Lalueza-Fox y su equipo descubrieron que los soldados no murieron de peste, como se pensaba, sino de una epidemia desconocida. El análisis, cuyos resultados se publicaron recientemente en la revista iScience, encontró una bacteria del género Salmonella que causa la fiebre tifoidea.
La bacteria en cuestión sería muy similar a la identificada en 2018 por otro grupo de investigación, estudiando los restos de unos indios americanos fallecidos tras la llegada de los conquistadores españoles. Esto significa, según explicó Lalueza-Fox a El País, que además del sarampión y la viruela, la salmonela también llegó a América con los europeos y ayudó a exterminar a los nativos. Después, la enfermedad probablemente volvió a Europa 150 años más tarde, matando a los soldados en la Guerra dels Segadors.