El próximo 22 de mayo, la ciudad neerlandesa de Rotterdam será el escenario de la edición número 65 del Festival de Eurovisión. En 2020, la pandemia obligó a suspender el concurso por primera vez en su historia. Y pese a que la situación sanitaria sigue siendo delicada, este año se celebrará Eurovisión.
Una edición que estará marcada por las medidas sanitarias, pero que espera recuperar la esencia del concurso. Aún se desconoce si el espectáculo podrá contar con público, pero lo que está claro es que las mascarillas y el distanciamiento social serán algunos de los grandes protagonistas.
Los favoritos de 2021
Tras suspender la anterior edición, la organización decidió prohibir que los países pudieran presentar la misma canción. Sin embargo, el comité permite que acuda el mismo artista representante. Algunos países como España, han optado por mantener a su artista y otros han decidido cambiar por completo su propuesta.
A falta de conocer la canción definitiva de Bielorrusia, que se ha visto forzada a cambiarla por su carga política, Francia se cuela como la favorita del momento. La cantante Bárbara Pravi interpretará en francés Voilà.
Otro de los grandes favoritos es el suizo Gjon’s Tears con la balada Tout l’Univers. Le sigue de cerca la propuesta de Bulgaria. Apodada como la Billie Eilish búlgara, Victoria interpretará entre susurros la canción Growing Up Is Getting Old.
Entre las propuestas de 2020, la canción de Islandia partía como la favorita de todos. Ante el éxito, el país ha optado por mantener al mismo grupo, Daði & Gagnamagnið, como representante. La canción para esta edición sigue el mismo estilo que la propuesta anterior, y pese a que ha perdido el efecto sorpresa es igual de pegadiza.
Funcionamiento de Eurovisión
Un total de 41 países presentan cada edición su candidatura con intención de coronarse como los mejores. Sin embargo, no todos participan en la gala final de Eurovisión. Los 41 participantes deberán enfrentarse antes y conseguir un puesto para la gran final televisada.
El concurso cuenta con dos semifinales. Estas se celebrarán el 18 y el 20 de mayo y podrán seguirse a través de internet. La organización de Eurovisión realiza cada año un sorteo para determinar qué día presentará cada país su candidatura. De cada semifinal solo son seleccionados diez países, y el anfitrión se clasifica sin necesidad de pasar por esta selección previa.
A los 20 finalistas y al anfitrión se les suman los conocidos como Big Five. Cinco países que desde 2011 se clasifican automáticamente debido a que son los que mayor retribución económica aportan a la Unión de Radiodifusión Europea (UER). ¿Quiénes son los Big Five? Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido.
Por tanto, la gran final de Eurovisión cuenta con 26 participantes que actuarán y defenderán la canción que su país ha elegido tras un proceso de selección propio. Respecto al sistema de votación de la final, ha ido variando a lo largo de los años.
Desde 2016, el jurado profesional y el público vota por separado. Primero lo hace el jurado, otorgando de 1 a 8 puntos, 10 y 12 a sus favoritos. Después, a estas puntuaciones se le suma la decisión del televoto que decide finalmente quién es el ganador.
Curiosidades de Eurovisión
Las canciones que se presentan deben ser inéditas y no se permite versionar a otros artistas. Cada país puede presentar solo una propuesta. Todas las voces deben emitirse en directo, incluidas la de los cortos. Sin embargo, está prohibido que haya música en directo. Una norma que sorprende al comprobar el gran número de actuaciones que cuenta con instrumentos musicales.
Desde 1980, la UER estableció que el país ganador se comprometiera a ser el anfitrión y organizador del concurso en la siguiente edición. Los participantes de Eurovisión no son necesariamente países de la Unión Europea, su intervención en el concurso depende de que sean miembros activo de la Unión de Radiodifusión Europea.
Con motivo del 60 aniversario del festival en 2015, la UER decidió invitar a Australia a participar en el concurso. Pese a que en un principio se consideró que solo participaría en una ocasión, desde entonces compite todos los años. Sin embargo, como invitada no puede convertirse en anfitriona. En caso de proclamarse como vencedora de una edición, quedaría en su mano elegir qué país sería el siguiente organizador.