Un estudio científico del siglo pasado proyectó el colapso de los sistemas de vida del planeta para el 2026. Quédate para saber más.

Según algunas informaciones que circulan en redes sociales y ciertos medios, en 1960, tres científicos de Harvard publicaron un estudio en la revista Science que, predecía el fin del mundo para el 13 de noviembre de 2026. Sin embargo, la realidad es diferente.

Los tres investigadores del estudio no hacen parte de la Universidad de Harvard, sino de la Universidad de Illinois, tal como se puede constatar en la página web donde está publicado el artículo. Tampoco tenían como objetivo anticipar un apocalipsis, sino advertir sobre los peligros del crecimiento acelerado de la población mundial.

Bien se sabe que las predicciones especulativas sobre el fin del mundo han fascinado a la humanidad durante siglos, pero pocas han contado con respaldo científico. El estudio liderado por el científico Heinz von Foerster, del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Illinois de Von Foerster, y sus colegas Patricia Mora y Lawrence Amiot, ha empleado modelos matemáticos para proyectar escenarios de colapso global.

Estas proyecciones se centran en problemas como la sobrepoblación, el agotamiento de recursos y los impactos ambientales, invitando a reflexionar sobre el futuro de la humanidad y su capacidad para adaptarse.

El estudio, lejos de predecir un desastre natural o una pandemia, argumentaba que el crecimiento descontrolado de la población humana podría llevar a una crisis global para 2026, debido a la presión sobre los sistemas que sostienen la vida en el planeta, como la producción de alimentos y el acceso a recursos naturales. A pesar de los avances tecnológicos en la gestión de recursos, el estudio subrayaba que la sostenibilidad seguía siendo un desafío crucial.

Hoy, la población mundial supera los 8.000 millones y se espera que llegue a 11.200 millones para finales del siglo XXI, lo que hace que las advertencias sobre los límites del crecimiento humano sigan siendo relevantes.

Aunque Von Foerster aclaró en una entrevista con Time que no creía que la humanidad colapsaría en 2026, su estudio tenía como objetivo llamar la atención sobre el peligro del rápido incremento demográfico, que aumentaba la brecha entre los nacimientos y las muertes, y ponía en riesgo la estabilidad global.

En resumen, aunque el estudio no predice el fin del mundo, sí pone en perspectiva la importancia de controlar el crecimiento poblacional y gestionar de manera sostenible los recursos del planeta para evitar una crisis futura.

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