Toda la historia detrás de la empresa Chiquita Brands, denunciada y ahora obligada a pagar una suma millonaria a víctimas colombianas
En junio, se emitió un fallo en el tribunal de Florida en contra de la multinacional estadounidense Chiquita Brands -anteriormente conocida como United Fruit Company- al encontrarla culpable de financiar a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), mejor conocidas como paramilitares, para cometer ocho asesinatos.
Esta no es la primera vez que se investiga a esta empresa por su relación con los paramilitares. Según diversas fuentes periodísticas, en 2007, la empresa ya había tenido que pagar una multa de 25 millones de dólares por haber hecho un pago de 1.7 millones de dólares a las AUC, aunque en esa ocasión no se realizó ninguna compensación a las víctimas.
Chiquita se defiende argumentando que esos pagos fueron producto de las amenazas del entonces líder de los paramilitares, Carlos Castaño, quien les advertía sobre los daños que sufriría la empresa si no realizaban el respectivo pago.
Tras el veredicto de la corte, la empresa emitió un mensaje en el que expresó que la situación en Colombia fue «trágica para muchos, incluidos los directamente afectados por la violencia allí, y nuestros pensamientos permanecen con ellos y sus familias».
Uno de miles casos
Las atrocidades que vivieron los trabajadores de la plantación bananera en este conflicto fueron despiadadas y crueles. En 1997, «David,» una de las víctimas que trabajaba en la región de Urabá, Colombia, fue brutalmente asesinado por paramilitares de derecha. Su autobús fue detenido en un puesto de control, donde fue arrastrado fuera del vehículo, golpeado hasta la muerte frente a otros pasajeros, y su cuerpo fue dejado a un lado de la carretera, cubierto con una planta de plátano. Posteriormente, vacas se alimentaron de su cadáver, según documentos judiciales.
La violencia no terminó ahí: semanas después, su hija y su cuñada desaparecieron sin dejar rastro, y otro familiar recibió amenazas de muerte. Ante esta situación, los sobrevivientes de la familia abandonaron Urabá para siempre.
David fue solo una de las miles de víctimas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo paramilitar de derecha que, en su apogeo a finales del siglo XX, contaba con decenas de miles de combatientes, sembrando terror en medio del conflicto civil colombiano.
La empresa productora de bananos tuvo una larga trayectoria en el mercado colombiano hasta que culminó sus operaciones en 2004. Nunca ha gozado de buena reputación porque se ha visto involucrada en episodios violentos que marcaron la historia del país, como fue el caso de la masacre de las bananeras, visibilizado por el escritor colombiano Gabriel García Márquez en su obra Cien Años de Soledad.
Los abogados de Earth Rights International, la ONG que prestó el servicio jurídico a las familias de los trabajadores, reunieron el historial y los testimonios de más de 3,000 víctimas y llevaron al tribunal aquellos que reunían evidencia sólida que permitiera ganar el juicio.
Más allá de los 38 millones de dólares de indemnización a un primer grupo de ocho víctimas, lo que se busca con esta acción judicial es destapar la verdad y, al menos, hacer pagar -literalmente- a los responsables. En una rueda de prensa en Washington, el consejero general de Earth Rights International, Marco Simons, expresó este deseo.
«En última instancia, este dinero no va a reemplazar lo que se ha perdido. Seguimos hablando de los horribles abusos que han sufrido estas familias, pero el dinero es importante porque, por desgracia, el lenguaje que mejor entienden las empresas es el dinero. A veces hace falta una sanción económica importante para cambiar el comportamiento de las empresas», dijo Simons.
Para los familiares de las víctimas, esta es una noticia que, si bien no trae de vuelta a sus seres queridos, hace en cierto modo justicia por las brutalidades que ellos vivieron. Sin embargo, este no es el final de la historia. Días después del veredicto, Chiquita anunció que apelará la decisión. Así que, por el momento, el dinero no podrá ser entregado a la parte ganadora.