Mpox, o viruela del mono, aún no ha llegado a Europa, pero es importante saber qué es exactamente, el tipo de variante y cómo protegerse.

El pasado miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria internacional por la viruela del mono, ahora llamada mpox. No es una enfermedad nueva, pero se ha oído hablar poco sobre ella, ya que solo se produce en las selvas tropicales de África Central y Occidental y hay muy pocos casos a nivel mundial.

Luego de que esta alerta fuera emitida, los países han empezado a evaluar los riesgos y las medidas de prevención en sus territorios. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) publicó un nuevo estudio este viernes en el que reafirma que las probabilidades de infección en Europa siguen siendo «muy bajas».

El mpox se divide en dos clados genéticos, I y II, que presentan diferencias genéticas y clínicas. El clado II provocó un brote mundial declarado emergencia sanitaria desde julio de 2022 hasta mayo de 2023.

El nuevo brote, sin embargo, está causado por el clado I, que produce una enfermedad más grave. El subtipo Ib, responsable de la mayoría de los casos recientes, es relativamente nuevo.

«El clado Ib ha emergido como una mutación adaptada a los humanos», explica Daniel Bausch, asesor de seguridad sanitaria en FIND, una organización sin fines de lucro enfocada en la equidad en salud.

Hasta ahora, no se ha detectado transmisión en Europa de la nueva variante, el clado Ib. Los contagios de la variante que causó la alerta sanitaria en 2022, el clado II, siguen presentes pero a muy baja intensidad. España, uno de los países más afectados, ha registrado 8,104 casos desde entonces, de los cuales 7,521 ocurrieron en 2022. En 2024, hasta el 8 de agosto, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) ha reportado 264 casos de mpox, la mayoría en hombres con una mediana de edad de 37 años, nacidos en España.

Según un informe de Noticias ONU, los síntomas comunes de la viruela del mono incluyen fiebre, fuerte dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, fatiga, ganglios inflamados y erupciones cutáneas.

Además, se agrega que, aunque en la mayoría de los casos la viruela desaparece por sí sola en pocas semanas, algunas personas pueden experimentar complicaciones graves e incluso morir. Los recién nacidos, niños y personas con inmunodeficiencias están en mayor riesgo de desarrollar síntomas severos y fallecer por la enfermedad.

En el artículo se recomienda limitar el contacto con personas que sospechen tener la enfermedad o que sean casos confirmados para reducir el riesgo de contagio. Si es necesario tener contacto físico, como en el caso de trabajadores de salud o convivientes, se debe pedir a la persona infectada que se aísle y cubra cualquier lesión cutánea con ropa.

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