Enjaulado en un pequeña prisión tan solo un poco más grande que él, el león que olvido como rugir por no tener con quien comunicarse finalmente verá un horizonte brillante.
Se trata del último animal a ser rescatado del zoológico en la frontera de Armenia-Azerbaiyán que fue abandonado por completo después que su dueño, un oligarca de origen ruso, muriera inesperadamente.
Mientras que los demás animales pudieron ser rescatados, el león de ya avanzada edad con 15 años, no tuvo la misma suerte. Transferido a una jaula pequeña y mantenido en completo aislamiento en la parte de atrás del abandonado terreno, Ruben, fue dejado a su suerte.
Debido a la falta de otros animales, o siquiera seres con quien comunicarse, el león olvidó como comunicarse perdiendo así su característico rugido. Además, los pocos cuidados, en parte por no estar en manos de gente especializada, le causaron severos problemas de salud.
Para su buena suerte, Animal Defenders Internataional, una organización de caridad para animales con base en Londres, ha podido recolectar el suficiente dinero para sacarlo de ahí, cuidar de él y finalmente regresarlo a la naturaleza.
El proceso fue extenso, primero tuvo que ser transportado a un santuario de osos recién remodelado en la capital de Armenía. Ahí se le fue concedida un ambiente más grande, compuesto por dos cuartos llenos de heno donde pudiera recostarse, en contraste con la tierra y rocas donde era mantenido antes.
Fueron estas condiciones los que le provocaron severos daños a su salud, como explicó Jay Creamer de la organización de caridad.
«Sus restricciones de por vida han debilitado sus músculos y parece haber daños neurológicos en la columna y la cabeza, y una pierna se tambalea y se arrastra», explicó.
Su temporal casa, sin embargo, le ha hecho olvidar esos tiempos. La misma contaba con calefacción asemejándose a las condiciones naturales de su hábitat. Fue también, alimentado de manera más saludable, y después de la visita de varios expertos en medicina esta incluso ganando de nuevo su melena.
La familia del oligarca ruso estaba feliz de que Rubén fuera rescatado, pero la operación para trasladarlo tuvo que mantenerse en secreto y planearse cuidadosamente para evitar inflamar las tensiones en el área que se han incrementado por la guerra en Ucrania.
Lo que sigue ahora es el transporte en avión a un santuario en Sudáfrica de 2.5 hectáreas de hábitat natural donde podrá estar con otros leones. Se espera que Ruben pueda recuperar su rugido y vivir sus últimos años con dignidad y en completa libertad.