Tendemos a creer que el progreso económico tendrá siempre una forma de eterno crecimiento. Pero hemos de re-imaginar esta forma de progreso pues hay economías hoy en día que necesitan crecer sin que necesariamente nos hagan prosperar. Por el contrario, precisamos economías, particularmente en el norte global, que nos permitan prosperar sin importar que estas crezcan o no. Puede sonar confunso, un juego de palabras algo enredado, pero es crucial que este cambio de mindset se haga realidad, y lo más pronto posible; nuestra supervivencia como especie depende nerviosamente de ello.
El afán por el crecimiento puede encontrar su orígenes en un concepto con el que estamos ya todos bien familiarizados: Producto Interno Bruto (PIB). El PIB, que fue inventado en 1930, es algo esencialmente simple; el costo total de los bienes y servicios vendidos por una economía en un año. Este concepto sombríamente sencillo ha dictado las metas en la creación de políticas en la mayor parte de los países del mundo. Ha llegado a ser tan apreciada que incluso en los países mas prósperos y ricos aún se cree que la solución a todos nuestros problemas económicas se encuentra en un mayor crecimiento económico.
El libro de W.W Rostow titulado ‘Las Etapas de Crecimiento Económico’ publicado en 1960 nos muestra como es que hemos caído en la trampa de creer que, como un avión, la economía solo despega… más nunca baja. El libro explica como todas las economías tienes que pasar por 5 etapas de crecimiento 1) Sociedad tradicional: donde el output de los países está limitado por su tecnología, sus instituciones y su idiosincrasia. 2) Precondiciones: donde se empiezan a desarrollar la industria de los bancos, la mecanización del trabajo y la creencia de que el crecimiento es necesario para algo más allá de si mismo. 3) Despegue: la creación del interés compuesto empieza a introducirse en las instituciones económicas. El crecimiento se convierte en la norma. 4) El camino a la madurez: momento en el cual puede una nación tener todas las industrias que quiera sin importar tus recursos naturaleza base. 5) La edad del alto consumismo masivo: donde todos pueden comprar todo los productos que deseen. Y termina ahí, el autor nos dejó apuntando hacia lo alto en el estricto curso del consumismo masivo. Si bien llegó a cuestionarse que sucedería cuando la idea de crecimiento constante pierda su atractivo, no la respondió pues estaría cumpliendo el cargo de asesor presidencial para la candidatura de John F. Kennedy. Cuya propaganda seria la promesa de un crecimiento de 5% al año.
Las economías de hoy son financieras, políticas y socialmente adictas al crecimiento. El sistema financiero de hoy está diseñado para buscar la mayor tasa posible en el rendimiento monetario presionando a todas las compañías a producir mayores ventas, más acciones y mayores beneficios. Y eso porque los bancos crean dinero como intereses que devienen de las deudas que tiene que ser pagadas con más. Políticamente adictos porque las autoridades quieren aumentar la ganancia de los impuestos sin subir los impuestos. Si un país deja de crecer rápidamente será suplantado por algún otro país que continue creciendo, así como lo hacen todos los demás. Finalmente, socialmente adictos porque después de un siglo de propaganda consumista la cual esta diseñada para ‘jugar’ con nuestra psicología haciéndonos que podemos transformarnos (y mejorar) cada vez que compramos algo nuevo. El PIB global es 10 veces más grande hoy de lo que fue en 1950 y ese crecimiento en efecto a ayudado a millones de personas, pero ha sido también divisivo pues la mayor parte del regreso de las ganancias se ha acumulado en el 1 por ciento global. Así mismo, ha sido degenerativa siendo que esta rápidamente destruyendo nuestro planeta.
Los políticos y altas autoridades saben de esto y por eso han empezado a ofrecer otras tipos de crecimiento: crecimiento verde, crecimiento inclusivo, crecimiento inteligente, balanceado etc. pero siempre se mantiene en crecimiento. Y, sin embargo, como lo expresa la economista Kate Raworth, debemos apuntar hacia otro lugar y apuntar a satisfacer las necesidades de todos los seres humanos y las del planeta con todos sus especies. La solución puede encontrarse en un gráfico diseñado por Raworth que imprevistamente tiene la forma de un donut.
(a continuar)