Según un informe de Reuters, la semana pasada, miles de jóvenes se unieron en protesta contra la compañía ferroviaria india y prendieron fuego a numerosos vagones vacíos. Lo hicieron para protestar contra un supuesto proceso de contratación injusto en el Departamento de Ferrocarriles, uno de los mayores empleadores del mundo.
¿Qué pasó en la India la semana pasada?
Las protestas tuvieron lugar principalmente en el estado oriental de Bihar, que tiene una de las tasas de desempleo más altas del país, y en el estado de Uttar Pradesh.
La semana pasada se publicaron los resultados de las pruebas del proceso de contratación para varias categorías de empleo en los Ferrocarriles Indios. Muchos solicitantes se sienten injustamente tratados y excluidos porque los nombres de las personas estaban duplicados en las listas publicadas. Los Ferrocarriles Indios emplean a más de 1,2 millones de personas. Millones de demandantes de empleo habían solicitado previamente las aproximadamente 150.000 vacantes.
Los frustrados solicitantes rechazados prendieron fuego a numerosos vagones vacíos. Posteriormente, las autoridades presentaron cargos contra unas 400 personas y seis institutos que forman a los estudiantes para trabajos ferroviarios.
La crisis del mercado laboral indio
Los acontecimientos descritos deben considerarse en el contexto de la actual crisis del mercado laboral en la India. La tasa de desempleo en los últimos años ha sido del 7,2% de media, superior a la media mundial. Sin embargo, esta tasa sólo muestra el porcentaje de los que no pueden encontrar un trabajo y están buscando activamente. Por tanto, cabe suponer un elevado número de casos no declarados. Esta escasez de mano de obra en la India es especialmente problemática porque en la India cada año llegan a la edad de trabajar unos 12 millones de personas.
El crecimiento económico de la India está creando actualmente muchos menos puestos de trabajo que antes, y la población joven en particular está sufriendo las consecuencias.
Muchos culpan de la situación actual al gobierno del presidente indio Narenda Modi, que no ha cumplido su promesa electoral de crear millones de nuevos empleos. Aunque la elevada mano de obra de los jóvenes es básicamente una ventaja demográfica, el gobierno no consigue utilizarla de forma positiva.