Dos días antes de que se decretara el estado de alarma, la compañía Mango presentaba sus mejores resultados. Conseguía volver a beneficios tras años de pérdidas y lograba unas ventas históricas, gracias a la gestión de Toni Ruiz y al impulso del canal online.
En 2021 la historia cambia, la pandemia destruye el negocio del grupo, con una caída en la ventas del 43% en tiendas físicas y una facturación de 1.842 millones de euros, frente a los 2.374 millones alcanzados en 2019.
La caída hubiera sido aún mayor si no hubiera sido por el canal online. Las ventas crecieron hasta un 36% hasta los 766 millones, y ya son el 42% del total de la facturación del grupo.
Sólo un año antes, el 24% del total de las ventas eran a través de internet, cifra que se ha doblado en unos meses. La pandemia y el confinamiento adelantó el ecommerce. El objetivo es llegar a los 1.000 millones a través de internet este año.
Adaptación a las nuevas medidas
Mango ha aprovechado este año negro para el comercio para avanzar con los procesos de digitalización. Creo nuevas categorías de producto, como una línea de ropa cómoda para estar en casa, debido al confinamiento. También probó nuevas fórmulas, como vender en su web ropa de terceros, de hecho en la web de Mango se puede comprar ropa de Intimísimi.
El grupo ha trabajado en dos direcciones. A corto plazo en el que cada tienda ha tenido que adaptarse a cada comunidad autónoma y sus restricciones a la hora de abrir y cerrar las tiendas. A largo plazo, se sigue avanzando con el canal online. la fidelización de clientes y las ofertas.
En cuanto a la gestión de stock, a pesar de la pandemia lograron reducirlo en un 10%. Cuando las tiendas cerraron en primavera se restructuraron las colecciones para adaptarlas a la situación. Se utilizaban también técnicas para rastrear las prendas desde la fábrica hasta la tienda.