El primero amor nunca se olvida
Ana y Bruno se conocen desde muy jóvenes. El futbolista es natural de Maia, una ciudad cerca de Oporto, pero estudiaba en Boavista, otro pueblo cerca de su casa. Fue precisamente en la escuela que ha encontrado por la primera vez su pasión, ya que la joven portuguesa pertenecía a su clase.
Los dos se quedaron amigos y a los 16 años Bruno ha decidido intentar su suerte con la chica. Desde ahí empezaron su relación que ya ha tenido algunas pruebas difíciles de ultrapasar. La primera ha sido el fichaje de Bruno por el Novara, de Italia, cuando tenía tan solo 17 años. Se esperaba que los dos se quedasen lejos un del otro, sin embargo, sorprendentemente la joven ha querido acompañar su novio y ayudarlo en su adaptación al nuevo país.
Después de una decisión tan importante, la relación de la pareja se ha quedado cada vez más fuerte y en 2015, cuando el jugador ya representaba a la Udinese, celebraron su matrimonio a los 20 años.
Una madre dedicada a la familia
La vida de Ana Pinho siempre ha sido dedicada a su amor Bruno y ahora también a los elementos añadidos a la familia de la pareja. 2017 fue un año maravilloso para los dos gracias al fichaje del centrocampista por el Sporting, algo que le permitió volver a Portugal. Sin embrago, la mayor bendición ha sido claramente el nacimiento de su primera hija, Matilde.
Ana ha dejado sus ambiciones profesionales de parte hace muchos años cuando ha tomado la decisión de acompañar a su novio en su carrera, así que tiene exclusivamente las funciones de cuidar de su familia.
En enero de 2020 el futbolista ha tenido el cambio más importante de su carrera hasta el momento después del Manchester United pagar 63 millones de euros por sus servicios al Sporting. La vida del crack ha mejorado significativamente en cuestiones financieras y todavía iba a mejorar más a nivel familiar tras la llegada del segundo hijo de su relación con el amor de su vida.
Gonçalo ha nacido en septiembre y en las redes sociales sus padres lo exhiben como un tesoro proveniente de su relación. La familia Fernandes transborda felicidad y hacen cuestión de compartirlo todos los días con los millones de admiradores que los siguen.