Buques de China y Filipinas chocaron en una zona disputada en el mar de la China Meridional y aumentaron las tensiones entre los dos países.
Este lunes, navíos de China y Filipinas colisionaron en aguas cercanas al atolón Sabina Shoal, un área en disputa en el estratégico Mar de la China Meridional. El choque resultó en daños considerables en al menos dos embarcaciones, aunque no hubo reportes de víctimas.
La Fuerza Nacional de Manila para el Mar de Filipinas Occidental acusó a los buques chinos de realizar «maniobras ilegales y agresivas», causando daños significativos a dos de sus guardacostas.
Por su parte, China responsabilizó a Filipinas por actuar de manera imprudente y provocar deliberadamente el incidente, alegando una violación de su soberanía en la región. «Pese a múltiples advertencias de la parte china, el buque filipino 4410 colisionó deliberadamente con el navío chino 21551», informó la televisión estatal CCTV, citando al portavoz de la guardia costera china, Geng Yu.
Pekín, que sigue reclamando la mayoría del Mar de la China Meridional, a pesar de un fallo desfavorable por parte de un tribunal internacional, advirtió a Filipinas que cesara sus «infracciones y provocaciones» o enfrentaría las consecuencias, según el portavoz Gan Yu.
Este nuevo incidente se suma a una larga serie de tensos encuentros navales en la zona, aumentando las ya elevadas tensiones geopolíticas entre Pekín y Manila. El deshabitado atolón Sabina Shoal, situado a unas 140 millas al oeste de la isla filipina de Palawan, se ha convertido en un foco de conflicto, similar al archipiélago de las Islas Spratly, que también es reclamado por Vietnam y Taiwán. Este atolón es un punto clave para las misiones de reabastecimiento filipinas a sus tropas estacionadas en el BRP Sierra Madre, un buque encallado deliberadamente en Second Thomas Shoal en 1999 para fortalecer las reclamaciones territoriales de Manila.
A pesar de que el mes pasado ambas partes llegaron a un acuerdo para evitar nuevas confrontaciones, el área sigue siendo vigilada de cerca por barcos de la guardia costera, la marina y presuntas milicias chinas mientras Filipinas continúa transportando suministros y fuerzas de vigilancia a su puesto en el atolón.
Desde que un tribunal internacional anuló en 2016 las amplias reclamaciones territoriales de China en el Mar de la China Meridional, los enfrentamientos entre los guardacostas de los países de la región se han vuelto más frecuentes, incrementando el riesgo de una escalada militar. Los expertos en geopolítica alertan sobre la posibilidad de que estos incidentes desemboquen en un conflicto armado abierto si no se encuentra una solución diplomática rápida y efectiva, lo que podría desestabilizar la seguridad en toda la región del Indo-Pacífico.