Posiblemente uno de los elementos más importantes en el cine es la banda sonora. Esto se debe no solo a que permite contextualizar la trama en un periodo en particular, sino que ayuda a pintar la escena con un determinado mood o sentimiento.

En las películas de terror este elemento sonoro cobra aún más relevancia siendo que complementa por lo general escenas oscuras creando una tensión que luego los acontecimientos en la pantalla resuelven.

Resulta muy interesante como estos sonidos se crean pues muchos de ellos no son electrónicos, sino que se crean de manera ingeniosa a través del dubbing con objectos que uno no imaginaria. Así se crea una ambiente de misterio y de continua incerteza y incomodidad.

Ahora el caso de Terrifier 2, la película resulta particular puesto que el film es extraordinaria mente gráfico y para muchos muy difícil de digerir. En este film se usan efectos de sonido interesantes pero no descomunales. Dentro de todo consiguen el propósito deseado.

Lo que resulta sugestivo es la banda sonora de la película que va desde música acústica algo romántica y alternativa como Yolanda Cruz pasando por música de los ochentas con The Midnight y Kille.

Por otro lado, el uso de canciones con una fuerte influencia de los sintéticos como Pain de Boy Harsher y de algunas bandas de rock y metal le dan a la película una compleja capa de sentimientos que solo se suman a lo extraña que es la película.

Una mezcolanza de géneros enfocados en una sola temática perversa acompañada por las clásicas técnicas sonoras del cine del terror en su mayoría escritas por el compositor Paul Wiley, y música que sitúa a uno en un contexto aparentemente ligero; le dan a la película ese toque especial que le ha hecho hasta ahora tan popular.

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