El fin de año es la pesadilla para todos las personas que aumentan fácilmente de peso. Por otra parte, también es el regalo favorito para los gimnasios y entrenadores personales pues apenas terminan las fiestas y en medida en que la gente promete ‘regresar a estar en forma’, sus servicios incrementan desproporcionalmente.

No solo resulta fácil mantener la constancia como para bajar esos kilitos de más que se ganaron durante las fiestas, pero por lo general después de rendirse al absurdo intento, uno regresa a comer mal – quizás por frustración- pero conlleva a un peor físico y a una deteriorada salud.

Entonces ¿Cómo evitar este eternamente acumulable dilema? Podemos empezar por controlar lo que comemos en navidad, o mejor aún para evitar inusitadas tentaciones, escoger un menú más saludable para la gran cena.

Como primer consejo podemos decirte; huye de los grasos y apuesta por los mariscos, ensaladas, frutos secos, anchoas, boquerones o embutidos magros como el jamón serrano sin la grasa. Esto a forma de entrada podría mantenerte de comer en exceso, dejado espacio para los segundos platos y no arruinar la figura por un pequeño pedacito de grasa en un pan.

Hay que aprovechar que en el hemisferio norte, la navidad cae en temporada de invierno esto hace que una sopa, caldo o crema sea una opción muy atractiva. Además de mantenernos calientes nos mantiene lejos de los platos calóricos mientras nos nutre con varias vitaminas (dependiendo del tipo de sopa, pero la de verduras nunca falla).

Los segundo platos no son en realidad lo más pesado ni más dañino de la cena de navidad. Al menos no en comparación con las entradas y los postres. Gran parte del meno para segundos platos ya son al horno por lo que apegándose a esa tradición puedes estar a salvo. En vez de cocinar el clásico cabrito, lechón, pavo o pato, apuesta por un pescado como el besugo, la lubina, la merluza, o el rape. Si eres de carnes un pavo o pollo pueden hacerlo para ti.

Esto acompañado con unas verduras como alcachofas, cardo o espárragos, evitando las salsas de mantequilla o nata, escogiendo la leche evaporada, por ejemplo, hará una gran diferencia en tu dieta y a futuro en tu peso.

Finalmente, a la hora del postre no decimos que los cortes por completo.. al fin al cabo es navidad y hacerlo sería incluso hasta de mal gusto para el recién nacido niño Jesús. La propuesta es moderarse con los chocolates y azucares e incluir fruta a la mesa. Escoge frutas de temporada, acompáñalas quizás con un yogurt congelado o chocolate negro sin azúcar.

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