La guerra entre Ucrania y Rusia está empezando a generar ciertas fricciones entre sectores civiles de la sociedad. No solo se puede evidenciar cierta xenofobia hacia algunos ciudadanos rusos viviendo en el exterior, pero ahora con la inclusión de otros ‘personajes’ en el conflicto, nuevos tipos de roces están empezando a surgir.
Este es el caso de un grupo de estudiantes iraníes en Ucrania cuyas visas de estudio fueron denegadas por que ‘su gobierno’ esta mandando drones y oficiales del ejercito para entrenar rusos’.
Farid, uno de los estudiantes involucrado en el asunto no dudó en dar a conocer de manera textual lo que los oficiales en la oficina de inmigración le dijeron ‘Tú deberías ser responsable por las actividades de tu gobierno’ dijo que le respondieron.
La oficina de inmigración les exigió que tienen que abandonar el país en un plazo de 10 días.
Tras referirse a la embajada de Iran, esta respondió que se disculpa pero que no hay nada que ellos puedan hacer.
Otro estudiante de nombre Ahmad, quien ya se encuentra en Iran, comentó que también le negaron la extensión de su visa por el mismo motivo. ‘estas siendo rechazado porque eres iraní y tu país le está vendiendo drones a Rusia’, le dijeron.
Ahmad también comenta que un número de estudiantes fueron llevado al departamento de seguridad nacional para ser interrogados. Al menos uno de los estudiantes expulsados confirmó este rumor pero se abstiene de comentar sobre la manera en como fueron tratados.
Esto afecta la carrera profesional de al menos 1424 estudiantes iranies que estudiaban en Ucrania en marzo de este año.
Muchos de ellos pidieron poder sostener las lecciones de manera online, pero las respectivas universidades negaron esta petición argumentando que es el departamento de seguridad nacional y relaciones exteriores quienes solicitan la expulsión absoluta de estos jóvenes.
Un sello rojo en el pasaporte no solo les impide seguir estudiando, pero también les prohíbe pisar suelo Ucraniano durante los próximos tres años.
Las universidades afirman no tener poder alguno sobre las decisiones tomadas y tanto ellas como el ministro de educación se abstienen de dar respuestas o comentarios a cerca de las decisiones tomadas.