Giorgia Meloni se convertirá en la primera mujer en estar al cargo del Gobierno Italiano después de ganar las elecciones la semana pasada.
Su gobierno de extrema derecha ha, sin duda llamado la atención de muchos políticos al rededor del mundo y ciertamente la Comisión Europea también se ha visto comentando los resultados.
Aunque el portavoz oficial de la institución, el señor Eric Mamer, recordó en una rueda de prensa que Bruselas nunca comenta los resultados de las elecciones en un país de la UE, añadiendo que sería ‘muy presuntuoso trata de analizar’ lo que llevó a las italiano a votar la manera en como lo hicieron. Sí se dirigiendo de la siguiente manera:
«La Comisión y la presidenta trabajan con los Gobiernos que salen de las urnas de las elecciones de los países de la UE y no va a hacer una diferencia en este caso. Esperamos una cooperación constructiva con las nuevas autoridades italianas»
A diferencia de esta posición cuasi neutral y objetiva que ha decidido adoptar la Comision, otros políticos no han escondido o moderado de ninguna manera su apoyo al nuevo gobierno. Entre estas figuras se encuentra Marine Le Pen, quien en su cuenta de twitter destacó que «el pueblo italiano ha decidido retomar su destino, al elegir a un gobierno patriota y soberanista» felicitando también a la coalición victoriosa por haber resistido a las amenazas de una Unión Europea antidemocrática y arrogante»
Sin embargo, las demás autoridades de ese país incluido el presidente de la república Emmanuel Macron y la primera ministra Élisabeth Borne, se han abstenido de inmiscuirse en el debate. Tan solo comentaron que todos los países deben respetar valores como los derechos humanos y el derecho al aborto.
El ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, por su parte se dirigió a la derecha italiana recordándole que España está «comprometida con la construcción europea» y advirtió que en Europa hay »dos modelos enfrentados»; aquel que apoya la libertad, la paz y la democracia de un lado, y del otro el autoritario “que no cree en la pluralidad y la diversidad sino en la homogeneidad, y por tanto es contrario a los pilares de la UE”.