La provincia de Cádiz lleva varios días sumida en el caos por la huelga de los trabajadores del sector de la metalurgia. El origen de las protestas está directamente relacionado con las condiciones de trabajo de estas personas que, según dicen, no son humanas.
El conflicto entre los trabajadores gaditanos del metal ha puesto en jaque a los empresarios del sector. Cerca de 22.000 trabajadores de la industria naval, aeronáutica y automovilística de Cádiz están llamados a la huelga indefinida.
El origen del descontento viene dado por el convenio colectivo de los trabajadores del sector, que lleva caducado más de un año. Los que prestan sus servicios en grandes empresas disponen de un convenio propio, pero los de las empresas auxiliares se quejan de no tener ni derechos mínimos.
“Si tienes un familiar ingresado no te dan permiso para verlo. Si te pasa algo trabajando, en el hospital tienes que decir que te ha pasado en tu casa para que no cuente como un accidente en el trabajo”, se quejan algunos de ellos.
Para dejar constancia de su mala situación, estas personas han salido de manera pacífica a las calles. Pero otros han optado por cortar carreteras y vías férreas, prender fuego y levantar barricas. Sin embargo, desde el sector insisten en que los violentos son excepciones, que la mayoría son “padres de familia que quieren poder dar de comer a sus hijos”.
Los afectados declaran que “lo que quieren es quitarnos las pagas, aumentar la jornada laboral. Solo pedimos que, al menos, sigamos con lo mismo”. Por su parte, los empresarios se defienden diciendo que el encarecimiento de las materias primas y la subida del precio de la luz les impide mantener sus salarios.