Sajid Thungal viajó en 1974 a Abu Dabi, en Emiratos Árabes Unidos, con la esperanza de encontrar un trabajo que le permitiera ayudar a su familia en India. Allí consiguió empleo organizando eventos artísticos, sin obtener demasiado dinero. Dos años después tomó un vuelo con destino a la ciudad de Chennai, para llevar a un grupo de cantantes, y uno de los motores del avión se incendió ocasionando un grave accidente. Las autoridades dieron por muertos a todos los pasajeros.
Aunque Sajid, sí sobrevivió, la vergüenza por sentirse un fracasado pudo más que sus ganas de comunicarse con su familia y contarle lo ocurrido. Tras el accidente aéreo se mudo a Bombay, donde se estableció desde entonces. «Pensé que primero tenía que hacer una fortuna. Cuando no tuve éxito en el golfo Pérsico, decidí que probaría suerte en Bombay, y luego me pondría en contacto con todos. Pero aquí tampoco funcionó. Y así pasaron 45 años», confesó.
Hace dos años, Sajid, de 70 años, tuvo que mudarse a un refugio para personas sin hogar. El líder del lugar logró dar con la mezquita de su familia y de esa forma estos supieron que seguía vivo. Aunque su padre había muerto, su madre, de 91 años, todavía con vida, no había perdido la esperanza de encontrarlo.