Un grupo de salmones jóvenes de la región alemana de Sauerland empezaron a tener un comportamiento extraño. Según sus criadores los peces saltaban del agua de forma poco peculiar. Decidieron analizar el agua y encontraron que en el arroyo de los salmones había cocaína y una sustancia que se usa para diluirla.
«Los salmones intentaban saltar fuera del agua, presas del pánico«, contó Daniel Fey, jefe del Departamento de Ecología Pesquera y Acuicultura de la Agencia Estatal de Medio Ambiente del estado federado de Renania del Norte-Westfalia.
A pesar de las investigaciones, la policía no ha logrado dar con el origen de los responsables de la contaminación del agua. Por fortuna, al día siguiente los peces «volvieron a mostrar una conducta típica» y no sufrieron ningún daño permanente tras estar en contacto con el estupefaciente y demás agentes químicos encontrados en el agua.
El agite de los peces fue capturado en varias fotografías que luego fueron difundidas a través de las redes sociales. Los usuarios comentaron sentirse asombrados ante lo ocurrido. Las imágenes se han vuelto virales no solo en Twitter, sino en Instagram y Facebook, por lo que aunque ocurrió en junio de 2020, todavía se sigue hablando de ello en los medios de comunicación.