Luana D’Orazio, de 22 años, murió aplastada en la fábrica textil en la que trabajaba en Prato, Italia. Se presume que fue arrastrada por el cilindro de una de las máquinas de la empresa. Ninguno de sus compañeros se percató de lo ocurrido, hasta que encontraron su cuerpo dentro de la máquina. La víctima era madre de un niño de 5 años.
Las autoridades se dedican a esclarecer porqué no funcionó la fotocélula de seguridad que hubiese podido impedir el fatídico accidente. Esta muerte se suma a la de 185 personas que fallecieron en accidentes laborales este primer trimestre del año en Italia. El último caso conocido fue el de Sabri Jaballah, de 23 años, quien murió al ser aplastada por una prensa, también en una compañía comercializadora de telas.
Los miembros de los principales sindicatos de trabajadores del país han convocado a una manifestación este próximo viernes para exigir mayor seguridad en sus entornos laborales. Según datos del Instituto Nacional para la Prevención Laboral, entre el año pasado y este, las muertes derivadas de accidentes laborales se han elevado más de un 11%.
«La muerte de Luana D’Orazio es una noticia desgarradora. Eso te deja consternado. La seguridad en el trabajo debe ser el compromiso diario, continuo e incesante de todos», dijo Enrico Letta, representante del Partido Demócrata de Italia.