Una reforma en su vivienda, sin los permisos pertinentes, fue la razón por la que Mauro Morandi, de 81 años, fue expulsado de «Robinson Crusoe», una isla de Budelli, al norte de Cerdeña, en Italia. El italiano acogió la isla como su hogar durante 32 años, en los que recibió múltiples de amenazas de desalojo.
«He abandonado la lucha. Después de 32 años aquí, me da mucha pena irme. Me han dicho que tienen que hacer obras en mi casa y esta vez parece que es de verdad», dijo Morandi. En 2016 estuvieron a poco de expulsarlo pero una petición con 18.000 firmas de los ciudadanos lo impidieron.
Su historia en esta isla comenzó cuando el barco en el que navegaba por la zona, se averió y el viento lo llevó hasta Budelli. Desde aquel momento se decidió a cuidarla. La isla es parte del archipiélago el Parque Nacional de La Maddalena, que manejan las autoridades responsables de la salida de Morandi.
El italiano plantea su vida ahora en otra isla cercana, también alejado del centro y la actividad comercial, a la que solo acudirá cuando sea estrictamente necesario. «Viviré en las afueras de la ciudad principal, me mantendré al margen. Mi vida no cambiará demasiado, seguiré viendo el mar«, aseguró.