Un joven llamado Joshua Swain se hartó de encontrarse con tantas personas con su mismo nombre y propuso una batalla de honor. Una pelea con fideos de piscina entre todos los Josh posibles, el ganador se quedaría con el nombre y los demás tendrían que cambiarlo.

La idea surgió luego de que el estudiante de ingeniería se encontrara constantemente con su nombre ocupado en todas las formas posibles dentro de las redes sociales. Al principio lo vio como una batalla en broma, pero luego el encuentro tomó fuerza y finalmente se celebró el pasado fin de semana en el parque Lincoln de Nebraska.

Cientos de personas, entre los que había al menos 50 Josh, se presentaron equipados, vestidos de gladiadores, con armas inofensivas para luchar por su honor. La guerra la ganó un niño de cuatro años, que llegó a sufrir de convulsiones a sus dos años. Lo recaudado en el evento fue donado a la Fundación del Centro Médico y Hospital de Niños en Omaha, donde fue tratado Josh Vinson Jr, mejor conocido como «Little Josh».

Una de las principales preocupaciones del organizador era que se respetaran las medidas sanitarias preventivas en cuanto a la propagación del Covid-19. «Entiendo totalmente que es una pandemia y ese era uno de mis mayores temores. Afortunadamente, la mayoría de las personas que se presentaron llevaban máscaras», dijo Joshua.