El submarino KRI Nanggala (402), de las Fuerzas Armadas de Indonesia, fue declarado desaparecido esta semana luego de que la fuente de control perdiera todo tipo de contacto con su tripulación. En principio lo que se trataba de un simulacro de torpedeo terminó convirtiéndose en una tragedia.
El KRI Nanggala (402), fue localizado a 16 kilómetros de donde fue ubicado la última vez. Estaba divido en tres partes y sus 53 tripulantes a bordo, fueron declarados muertos. «Todos los indonesios expresamos nuestro profundo dolor por esta tragedia, especialmente a las familias de la tripulación del submarino», dijo Joko Widodo, presidente de Indonesia. El comandante de las Fuerzas Armadas Nacionales, Hadi Tjahjanto, fue el encargado de confirmar la noticia, tras lo dicho por el primer mandatario. El submarino pasó del estado de «contacto perdido» a «hundido».
Se cree que la nave pudo tener un fallo eléctrico que le impidió activar los mecanismos de urgencia que pudieron haberlo sacado a la superficie. Entre los restos de la nave que se encontraron hundidos en las profundidades estaban piezas de un enderezador de torpedos y alfombras de oración, como las que usan los practicantes de la religión musulmana.
También se encontró una botella de lubricante que pudo haberse usando para engrasar el periscopio que se usa en los submarinos para obtener una visión privilegiada cuando están en inmersión.