El Gobierno de Japón ha hecho pública una decisión muy importante este martes: verterá al mar las aguas de la central nuclear de Fukushima. Tras varios conflictos políticos en torno al tema, el primer ministro, Yoshihide Suga, ha informado de la acción a realizar, luego de escuchar opiniones del Organismo Internacional de la Energía Atómica, entre otras autoridades niponas.
Según el Gobierno japonés las aguas serán tratadas previamente para filtrar todo el contenido radiactivo que puedan tener. Tomando en cuenta que este líquido proviene de las instalaciones nucleares que fueron perjudicadas con el terremoto y tsunami que ocurrió en marzo de 2011.
Presuntamente esta práctica no generaría ningún riesgo para la salud humana, pues al mezclar esta agua contaminada, previamente tratada, con el agua del mar, sus niveles tóxicos descenderían quedando prácticamente inexistentes. Además confirman que esta técnica ha sido usada muchas veces en otros países del mundo.
Sin embargo, los pescadores de la zona reclaman que el vertido puede generar una pérdida estrepitosa en sus actividades económicas, que incluso no han podido recuperarse desde el accidente nuclear de Fukushima cuando se liberó radiación en la atmosfera, también a consecuencia del terremoto y tsunami del 2011.
La decisión del vertido se aceleró luego de que se comprobará que los niveles de almacenamiento de estas aguas llegarían a su límite en otoño del 2022. Se calcula que 1,25 millones de toneladas de agua radioactiva permanece en la planta de Daiichi.