Klyde Warren, de 27 años, descubrió en el instituto que el vello de su cara crecía más de lo visto en cualquier chica. Su bigote era grueso y algunos de sus compañeros se burlaban de ella. ¿Su actitud? dejarlo crecer, no avergonzarse de ello y por el contrario, exhibirlo con orgullo.

Desde los 15 años Klyde tiene que lidiar con los comentarios de los familiares y amigos que no la apoyan en su decisión de mostrarse tal cual es. Conseguir pareja se le ha complicado un poco, aunque su último novio amaba su barba, ahora ha vuelto a Tinder, una red social para buscar pareja, donde ha recibido malos comentarios en cuanto a su aspecto físico.

«La gente en Tinder hace todo lo posible para enviarme mensajes y decirme que soy repugnante y asquerosa. Me molesta en ese momento, pero tengo bastante confianza. A nadie le gusta recibir comentarios como ese», dijo Klyde.

Klyde trabaja como escritora independiente, vive en Estados Unidos y lava su barba todos los días. La corta solo esporádicamente. A su madre no le hacia gracia en lo absoluto en volumen de su vello, pero decidió no prestarle demasiada atención a eso. Para ella «esta bien ser un poco diferente», reseñó The Mirror.