El envejecimiento de los ciudadanos de la Unión Europea ha sido un punto comentado frecuentemente por los sociólogos y analistas económicos al hablar del futuro del continente. Es una preocupación real, que bien podría tener un efecto en las formas de crear los fondos de pensión para futuras generaciones, con los jóvenes siendo incapaces de mantener a las generaciones mayores.

Este problema está lejos de resolverse según revela un estudio publicado en Eurostat, que calcula que en 2019 nacieron alrededor 4.68 millones de bebes, lo que mantiene un patrón decreciente de los últimos años. Los países con mayor tasa de fertilidad de ese año habrían sido Francia, cerca de 1.86 bebes nacidos por mujer y el más bajo es malta con 1.14 bebes nacidos en promedio. España segundo país con la tasa de fertilidad más baja de la unión con 1.23 bebes nacidos por mujer en promedio.

El número sigue en descenso en toda la unión desde 2016, aunque no ha vuelto a llegar a su punto más bajo en lo que va de siglo llegado en 2001 (1.43) ni al más bajo de la década pasada (1.51).

Este tipo de números ha derivado en el envejecimiento de la pirámide poblacional europea. Algunos países han tomado algunas medidas en el tema, como facilitar la entrada de inmigrantes o dar incentivos para la formación de familias.