El piloto, Antonio Sena, tiene una historia digna que contar, sus días como sobreviviente a la selva amazónica han terminado y llega el momento de reencontrarse con su familia. Antonio o «Toninho» como le llaman, despegó de Alenquer, una población cercana a Lisboa, en Portugal, el 28 de enero, pero su avión empezó a presentar fallos, lo que le obligó a hacer un aterrizaje de emergencia en el corazón del Amazonas.
A consecuencia de los problemas mecánicos el avión termino incendiándose y Antonio solo pudo rescatar algunas de sus pertenencias y un poco de pan. Se mantuvo durante algún tiempo en ese mismo lugar esperando que fueran a su rescate pero no sucedió. Al notar que pasaban los días y sus provisiones empezaban a agotarse, decidió abrirse camino en la selva.
El piloto se adentró en el Amazonas con el miedo de que algún animal peligroso le atacara. En el camino iba robando huevos de los nidos de las aves, así podía alimentarse. Finalmente, después de 36 días de angustia, dio con un grupo de recolectores de castaña a quienes contó su historia. Inmediatamente se comunicaron con los servicios de emergencia.
La familia de Antonio aún incrédula ante las buenas noticias se aseguraron de que se tratara de él pidiéndole al personal de emergencia que le preguntara el nombre de su perro. A lo que él respondió: Hook, confirmando su identidad.
El hombre que fue sacado con un helicóptero de la selva, fue llevado a un hospital en la región de Santarém, donde le esperaban sus familiares y el equipo médico que le haría los exámenes pertinentes. Solo confirmaron que había bajado de peso, estaba deshidratado y tenía algunos rasguños propios de la situación que había vivido, reseñó Globo.