El controversial expresidente y líder sindical brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, usualmente llamado simplemente «Lula» en los medios, no solo seguirá fuera de prisión, sino que podrá volver a competir electoralmente, erigiéndose de inmediato como el principal rival del actual presidente Jair Bolsonaro para la próxima elección presidencial.

En un comunicado el abogado defensor de Lula aseguró que la decisión de la fiscalía era prueba de que «Habíamos tenido razón desde el principio».

Esto pone en una posición incómoda a Bolsonaro, quien ha sido un líder controversial desde el inicio, y cuya gestión de la pandemia ha sido duramente criticada desde al año pasado, incluso negándose a usar mascarilla en varias apariciones públicas. De momento la mayoría de las encuestadoras brasileñas aseguran que Lula es más popular que el actual presidente, pero aún falta tiempo para las elecciones.

De momento varios lideres de izquierda han aplaudido la decisión de la fiscalia brasileña, entre ellos Alberto Fernandez, actual presidente de Argentina.

Lula había pasado 519 días en prisión entre 2018 y 2019, después de haber tenido que retirarse de la carrera presidencial de 2018 por orden de la fiscalía. Antes que eso había sido presidente de Brasil entre 2002 y 2010, un periodo de crecimiento económico clave para el país latinoamericano, que lo convirtió en una de las principales potencias del mundo en vías de desarrollo.