El pasado miércoles por la mañana el joven Dimas Mulkan Saputra de apenas 8 años estaba nadando con su hermano en el rio Tempakul, en la provincia de Kalimantan Oriental (Indonesia), cuando fue engullido por un enorme cocodrilo.

Su padre, que les observaba de cerca, se lanzó al agua e intentó rescatarlo pegándole puñetazos pero no pudo capturarlo, ya que el cocodrilo se sumergió en el agua y desapareció.

El padre pidió ayuda y organizó una búsqueda con ayuda de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate. Al día siguiente las autoridades y los vecinos consiguieron capturar al cocodrilo a tan solo 100 metros de donde ocurrió el ataque.

Con cuchillas, abrieron al animal, de 8 metros, de punta a punta para buscar el cadáver en sus entrañas. Increíblemente, el cuerpo estaba intacto, ya que se lo había tragado entero. El jefe del rescate Bongga Losong dijo que el río es conocido por ser estar plagado de cocodrilos.

No es la primera vez que ocurre una desgracia parecida. En 2017 los habitantes de un pequeño pueblo al norte de Zimbabue llamado Mushumbi Pool sospechaban que un cocodrilo se había comido a un niño. Tirotearon al animal para salir de dudas y una vez muerto, abrieron al reptil en canal. En el interior del estomago había restos de las extremidades perfectamente reconocibles del pequeño, del que nunca se supo su identidad. Las duras imágenes fueron distribuidas por el diario The Sun, dieron la vuelta al mundo.

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