La selección española cerraba este pasado lunes su participación en el Mundial de Brasil con una intrascendente victoria por 0-3 ante Australia. La vigente campeona del mundo se despedía de Brasil con un bagaje de tres puntos, tercera de su grupo, siete goles en contra y cuatro a favor. Pero, como se dice coloquialmente, a perro flaco todo son pulgas y la selección española tuvo que aguantar un susto más en su regreso a España. Y de los gordos.

Y es que, en su regreso a Madrid, concretamente a su llegada al aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas, un rayo impactó en el ala derecha del avión que trasladaba a la selección española a la capital del país, provocando un ruido similar al de una explosión. Rápidamente, el comandante del avión aclaró que se trataba del impacto de un rayo y que no existía ningún problema.

Los internacionales disfrutan ya de vacaciones hasta el comienzo de la próxima temporada con sus respectivos clubes. Respecto a la propia selección española, la incertidumbre se adueña del futuro. Primero, con el seleccionador, aunque parece que seguirá siendo Vicente del Bosque. Segundo, con los propios jugadores. Hombres como Xavi Hernández, Xabi Alonso, Fernando Torres, David Villa o Iker Casillas pudieron disputar su último partido con La Roja y se espera con ansia el relevo generacional de, valga la redundancia, la mejor generación de jugadores españoles de la historia.