El Chelsea puso fin al sueño del París Saint-Germain de demostrar a Europa que es algo más que un equipo con mucho dinero tras derrotar a los galos por 2-0 en Stamford Bridge y acceder de este modo a las semifinales de la Liga de Campeones.
A Jose Mourinho, técnico de los blues, se le podrán reprochar muchas cosas, pero nunca que es un mal estratega. La vuelta de los cuartos de final fue un claro ejemplo de ello. El Chelsea no fue un vendaval en los primeros minutos de partido en busca de un gol que metiera en el cuerpo a su rival.
Sin embargo, tuvo cosas que el PSG aprendió que no se compran con dinero: oficio, orden e intensidad. Los hombres de Mourinho no acosaron a los galos, pero sabían que cualquier momento un simple detalle les metía de lleno en la eliminatoria. Sólo había que trabajar y esperar en silencio a que éste llegara.
Así Andrea Schurrle, que había entrado comenzado el partido por el lesionado Eden Hazard, logró abrir el marcador tras aprovechar la prolongación de David Luiz en un saque de banda en el minuto 32. El tanto convenció al Chelsea de que iba por el camino adecuado y dejó una duda al PSG: ¿debía atacar y buscar el empate o defender el 1-0 que le seguía dando el pase a semifinales?
Los hombres de Laurent Blanc no tuvieron el valor de responder a la pregunta, puesto que adolecieron de personalidad en todo el partido. Lo aprovechó el Chelsea, que simplemente con meter una marcha más a su ritmo comenzó a destilar cierto aroma a remontada en Stamford Bridge.
Schurrle y Óscar avisaron con sendos lanzamientos al larguero, ya en la segunda parte, que la remontada estaba a tiro. Sin embargo, el PSG tiene tanta pólvora que incluso sin dar señales de vida te puede dar un zarpazo mortal. Edmilson Cavani puso un nudo en la garganta a Stamford Bridge cuando tras un excelente control se quedó en una posición franca para ajusticiar a Petr Cech.
Sin embargo, el uruguayo es tan caro como Zlatan Ibrahimovic pero no tan bueno como el sueco y su remate se marchó alto. Llegaba el final y el 2-0 se resistía, por ello Mourinho dio un toque de corneta y se la jugó en los minutos finales con tres delanteros: Samuel Eto’o, Fernando Torres y Demba Ba.
Este último logró el 2-0 definitivo tras recoger un balón rebotado en el área pequeña cuando corría el minuto 87. Trató el PSG entonces de tirar de épica y estuvo cerca de encontrar premio con un peligroso remate de Marquinhos que acabó despejando Cech en el minuto 93.
Demasiado tarde para el PSG. Demasiado pronto para Mourinho, que ya sabe que Europa para las semifinales le ha cazado su disfraz de lobo con piel de cordero. Al fin y al cabo el Chelsea ya no engaña a nadie: se mueve como pocos en las rondas finales. La Champions de 2012 y la Europa League de 2013 así lo atestiguan.